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jueves, 18 de agosto de 2011

Anna Karenina



Segunda adaptación al cine de la novela homónima de Leo Tolstoy. Dirigida por Clarence Brown y producida por David O. Selznick, obtuvo el premio a la mejor actriz del New York Critics Circle y el premio a la mejor película extranjera del Festival de Venecia.





La acción tiene lugar en Rusia (San Petesburgo y Moscú) en tiempos del zar Nicolás I (1825-1855). Narra la historia de Anna (Greta Garbo), casada en matrimonio de conveniencia con Alexei Karenin (Basil Rathbone), aristócrata y funcionario de alto rango. Tras conocer al conde Vronsky (Frederich March), se enamora de él. La película explica la conmoción que produce en el ánimo de Anna el súbito descubrimiento del amor y la pasión, ausentes hasta entonces de su vida. Por fidelidad a este amor sacrifica posición social, nivel económico, la compañía del hijo, el honor personal y el reconocimiento público. Asume una vida de marginación, cargada de grandes riesgos. El marido, encarnación de la crueldad, reacciona con ira incontenida: le niega el divorcio, las visitas al hijo y la humilla duramente. El torbellino de pasiones incluye la ingratitud del amante, el egoismo del hermano, la fría compasión de la cuñada, la añoranza del hijo, la coquetería de Kitty, etc. La película condena la doble moral y la hipocresía de la alta sociedad, el culto a las apariencias, el amor convenido por intereses ajenos a la pareja, la represión del amor sincero, la sujeción de la mujer al capricho del marido en la tramitación del divorcio. En suma, exalta el amor puro, sincero, desinteresado y dispuesto a los mayores sacrificios, pese a sus riesgos para la mujer. Son escenas destacadas la de la escalinata de la casa del marido, los ruegos a la cuñada para que perdone las debilidades del marido, la imagen del baile vista a través del arco del harpa.


La música combina melodías rusas tradicionales, mazurcas, canciones populares y acompañamientos de fondo de las escenas más emotivas. La fotografía aprovecha la extraordinaria fotogenia de la actriz para mostrar su belleza y atractivo personal. William Daniels, el fotógrafo habitual de Garbo, aportó una contribución decisiva para la exaltación de la actriz a mito del cine. Se sirve de una iluminación imaginativa y eficaz, de un vestuario espléndido y de una composición del dibujo de gran fuerza plástica. El guión contiene unos diálogos fluídos y equilibrados, elaborados por S.N. Behrman. La narración se desarrolla en un crescendo de inquietud, melancolía y tristeza, construído con gran sentido del ritmo. La interpretación de la protagonista destaca por la naturalidad, serenidad, aire distante y la mirada fría propia de las mujeres fuertes y atormentadas que encarnó en sus grandes papeles. Le acompaña un elenco brillante de secundarios de lujo. La dirección teje, con hilos de pasión y desventura, un relato emocionante e intensamente dramático.La película obtuvo un gran éxito y confirmó el estrellado de Greta Garbo.


Jaque al rey




No..., no es que seamos republicanos..., ¿ o sí? Bueno, dejando cuestiones de esta índole para otro blog, de lo que hablamos es de la película Whipsaw del año 1935 y titulada en castellano com "Jaque al rey".




DIRECTOR
Sam Wood

GUIÓN
Howard Emmett Rogers (Historia: James Edward Grant)

MÚSICA
William Axt, Edward Ward

FOTOGRAFÍA
James Wong Howe (B&W)


PRODUCTORA
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

SINOPSIS
Cine de gángsters a cargo de la Metro Goldwyn Mayer en un intento de neutralizar la cantidad de obras maestras que llevaba producidas la Warner Bros. sobre dicho género. Para ello se contó con el protagonismo de dos de sus estrellas más populares: Spencer Tracy y Myrna Loy. Él como un agente de policía infiltrado en una banda de malhechores, ella como la chica del jefe que intenta salir de esa mala vida enamorándose del recién llegado

martes, 9 de agosto de 2011

Cine Bélico


El blog crece, así que para evitar que se vaya haciendo cada vez más caótico, inauguramos hoy una nueva sección dedicada al Cine Bélico, reconocedores del servicio que el cine ha dado siempre a la propaganda.

Todos los bandos, nos guste o no, lo han utilizado como vehículo de comunicación, refuerzo de la moral de los combatientes y paisanos, y hasta para destruir la del enemigo.

Películas próximas a la aventura y a la exaltación de los héroes.

Busca esta nueva sección en la columna laterl del blog.


sábado, 6 de agosto de 2011

La carta

Dirigida por William Wyler, obtuvo siete nominaciones a los Oscar (director, actriz principal, película, edición, música original, fotografía y actor secundario). Producida por Hal B. Wallis ("Casablanca"), se inspira en una obra de Somerset Maugham.La acción tiene lugar en Malasia, en una plantación de caucho, relativamente próxima a Singapur, en 1937/8. Narra la historia de Leslie Crosbie (Bette Davis), que mata a un amigo, Geoffrey Hammond (David Nowell), alegando defensa de su integridad. Explica al marido, Robert (Herbert Marshall) y al abogado defensor, Howard Joyce (James Stephenson), los detalles del incidente. No se prevén problemas hasta que inesperadamente Howard recibe la copia de una carta escrita por Leslie dirigida a Hammond, que puede incriminarla. El desarrollo de la obra gira en torno a la pregunta sobre las razones por las que Leslie mató a Hammond. Su versión de los hechos no resulta creíble ni para el abogado defensor ni para el espectador. Por ello, la película contiene desde el principio un elemento capital de incertidumbre y de intriga. Destaca el cariño con el que el director trata a la protagonista, de la que exalta el encanto personal, su belleza singular y el magnetismo de sus ojos, grandes, penetrantes y expresivos. Se incluye una referencia al racismo del Jurado, compuesto sólo por blancos, que no condenará a Leslie, porque el difunto estaba casado con una mujer asiática. El director crea un clima denso, de tensión y dramatismo, que se mantiene sin pausa y que confiere a la obra una fuerza inusual. Destacan las escenas de la explicación de Leslie a Bob y Howard de los detalles de la visita de Hammond, la conversación en la prisión entre Leslie y Bob, el juicio con la intervención fría y angustiada de Howard, la visita de Leslie a la viuda de Hammond (Gal Sondergaard) y la íntegra escena final.



La música es orquestal y acompaña las secuencias con intervenciones que explican y ralzan los matices emocionales de cada escena. La fotografía hace una exhibición de maestría con el incomparable travelling inicial, que avanza de izquierda a derecha, muestra el descanso de los trabajadores nativos y se aproxima hasta encuadrar el rostro de la protagonista. La escena de cierre se desarrolla con un travelling tan largo como emocionante. La cámara se mueve en busca de la excelencia de la composición y del dibujo. El guión hace una buena descripción de los personajes, especialmente del de Leslie, mujer astuta, pérfida y de bajos sentimientos. La interpretación de Bette Davis, extraordinaria, es una de las mejores de su carrera. James Stephenson, en el papel de Howard, obtuvo una nominación al Oscar al mejor secundario. La dirección aporta una espléndida puesta en escena y muestra, más que en otras obras, su amor por los detalles.Película de extraordinaria fuerza, que en su momento cosechó un gran éxito de público. Conserva su vigor inicial y su interés. Es un magnífico melodrama clásico.


El enemigo público

La película está basada en la historia escrita por dos farmacéuticos de Chicago, Kubec Glasmon y John Bright, titulada Beer and Blood (Cerveza y sangre). Y el título, como el algodón, no engaña. La cosa va de cerveza ( y licores en general) y sangre, mucha sangre. Claro que, a diferencia de estos tiempos tan "avanzados" en los que vivimos, las películas de aquellos tiempos no se "regodeaban" mostrando el vital fluido rojo. Ni siquiera lo hacían en el equivalente tono gris del cine de la época. Y yo soy de los que, sin espantarme, agradezco el detalle. Bastante es saber que un indefenso caballo pase a mejor vida (¿tienen los caballos mejores vidas?) por el único delito (¿cometen delitos los caballos?) de haber causado involuntariamente (y no sigo preguntando) un accidente mortal a un gángster de renombre. Y por seguir con esta línea argumental, recordemos El Padrino...Beer and Blood recrea, de forma ligera, la vida de un gángster de aquellos tiempos Earl "Hymie" Weiss, lider de la época de la Prohibición quien fue uno de los rivales más destacados de Al Capone y que, como no podía ser de otro modo, murió "prematuramente" a la edad de 29 años. James Cagney da vida al personaje de forma tan magistral que consiguió con este film su primer gran éxito de su carrera y un encasillamiento casi de por vida en este tipo de papeles. Solo recordaré, por haberlas visto últimamente, Ángeles con caras sucias, Los violentos años 20 y Al rojo vivo, pero si han habido gángster cinematográficos por excelencia, Cagney ha sido uno.La película también documenta perfectamente una época, la de la prohibición del alcohol y consigue que nos imaginemos paseando por la ciudad de Chicago en las horas previas al inicio de la nueva ley, viendo el descontrol, el desenfreno y el acaparamiento de existencias etílicas. E, igualmente, es un exponente de la actuación de las bandas organizadas, de las guerras entre ellas, de la coacción, de la extorsión y en definitiva de la violencia. En el terreno cinematográfico, gran interpretación de Cagney, desbordante sensualidad de Jean Harlow, actriz cuyo erotismo superaba, a mi juicio, su belleza, inolvidables escenas (la expresión de Tom bajo la lluvia o la secuencia del pomelo, entre otras) y un final... (para no contarlo), inolvidable.

Calle 42


Obra culminante del coreógrafo Busby Berkeley. Con un presupuesto de 439 mil dólares, se rodó en los estudios Warner y Burbank (California). Adaptación al cine de la novela "42nd Street", de Bradford Ropers, obtuvo 2 nominaciones a los Oscar (película y sonido). El productor fue Darryl Zanuck, no acreditado. Se estrenó el 2-II-1933. En 1998 el National Film Preservation Board le otorgó el National Registry Award.La acción principal, ambientada en 1932, tiene lugar en unos locales de ensayos de la calle 42, en otras localizaciones de NYC y en Filadelfia. Narra la historia de un prestigioso director de musicales de Broadway, Julian Marsh (Warner Baxters), que acepta el encargo de montar un nuevo espectálulo, "Pretty Lady", con premuras de tiempo. La película integra dos narraciones entrelazadas: la del montaje y realización del musical y la de algunos personajes relacionados con el mismo. Reúne las figuras tópicas del género: joven inexperta e ingenua que sueña con el estrellato, rico inversionista caprichoso, director preocupado. Incluye una descripción emocionante, y desmitificadora, del mundo de los actores y actrices al otro lado de las candilejas: trabajo escaso, remuneraciones insuficientes, desesperación de los no seleccionados, en el marco de las angustias de la Depresión. Elogia el esfuerzo personal como base del éxito en la vida, el valor de la amistad desinteresada y el dolor de la amistad por interés. Son escenas destacadas los números de baile, la vista aérea de Manhattan que abre una progresiva aproximación a la calle 42 y la escena final de Julian Marsh.La música, de Harry Warren, es excelente. Incluye tres canciones antológicas: "42nd Street", "Shuffle Off to Buffalo" y "You're Getting to Be a Habit with Me".

La fotografía, de Sol Polito, se basa en una extraordinaria agilidad de la cámara, con encuadres picados y oblícuos, travellings, zooms y barridos, que resaltan la espectacularidad y el dinamismo de los números de baile y la dureza de los ensayos. Se beneficia de una iluminación magistral y de una coreografía magnífica, de diseño innovador, abstractizante y surrealista, de gran efectividad. Hace uso de bonitos juegos ópticos. El guión combina con coherenca las historias de varios personajes. La naturalidad de los mismos y su condición de personas sencillas hacen que el espectador se identifique con sus problemas y triunfos. En la interpretación descuella Warner Baxters, en un papel de director al borde de la extenuación y en situación límite. Son encomiables las intervenciones de Bebe Daniels, Ruby Keeler (en su debú en cine) y Ginger Rogers. Se dan algunas sobreactuaciones, impuestas por el guión. La dirección construye un musical delicioso, rítmico, que desborda optimismo y alegría.La película revitalizó y renovó el género musical, tras su abuso a raíz de la introducción del sonoro. Cosechó un gran éxito de público, que salvó a la Warner de la quiebra. El tiempo la ha convertido en un icono del cine musical.

Testigo accidental

Estupendo “thriller” de “serie-b” realizado durante el periodo en el que Fleischer se curtió como director antes de dar el salto a la primera división. Tenso y emocionante, con un ritmo que no decae y sabiendo hacer de la necesidad virtud. Saca petróleo del claustrofóbico escenario, usando con inteligencia la angostura de los pasillos y las portezuelas como escape y desahogo(casi con técnicas del vodevil aplicadas al policiaco) para un clima de amenaza que nunca decrece. Obliga a los personajes a respirarse bien de cerca y aprieta las tuercas de la presión persecutoria y la imposibilidad de fuga, con una cámara inquieta, que empuja sin perder detalle ni dar respiro a la acción, y una planificación cerrada y agobiante. Buena fotografía y sensacionales diálogos vibrantemente escupidos por Marie Windsor (una mezcla lenguaraz de Ida Lupino y Gloria Grahame en un mal día) y el hosco Charles McGraw (el brutal entrenador de gladiadores de “Espartaco”) con su cara tallada en madera y esa voz como un puñado de clavos. Inteligente, trepidante, un punto tramposa (con ese giro sorprendente de señuelos e identidades cambiadas) y repleta de soluciones visuales ingeniosas (la pelea en el minúsculo baño con la cámara encima de los actores o el tiroteo a través de una puerta usando el reflejo en una ventana para controlara la posición del villano). Puro cine de consumo, honesto y profesional.


Los detectives Walter Brown y Forbes (Charles McGraw y Don Beddoe) se dirigen a Chicago para recoger a la viuda de un gánster que va a testificar contra la poderosa organización mafiosa que mato a su marido, al llegar a la dirección indicada se encuentran con una mujer (Marie Windsor) que está custodiada por otro agente, el cual abandona el piso y deja a la mujer a cargo de los 2 detectives.Al salir del piso, el detective Forbes es asesinado por un matón que se halla escondido entre las sombras de la escalera y consigue huir, por lo que tenemos a Walter apesadumbrado y solo con la mujer decidido a cumplir su misión a toda costa dirigiéndose con la mujer hacia la estación de tren y tomando este con dirección a la corte de Los Ángeles.A partir de aquí con Walter y la mujer subidos en el tren y la organización mafiosa tratando de encontrar y matar a la viuda del gánster, tenemos un magnifico, trepidante y absorbente thriller ferroviario, en base a que nada es lo que parece y que tan solo vamos sabiendo lo que va conociendo Walter a lo largo del viaje, vamos descubriendo a los integrantes de la organización, sospechamos de los mismos viajeros al mismo tiempo que él y nunca estamos seguros de nadie, ni siquiera de que Walter no acabe aceptando los 30.000 dólares con que ha sido tentado por uno de los mafiosos que se identifica ante él como tal (hay una breve escena de apenas 2 segundos en la oficina de telégrafos que con solo un toque de bolígrafo sobre una nota y una mirada al vacio, es toda una lección de virtuosismo cinematográfico)Un guion magníficamente estructurado (Martin Goldsmith y Jack Leonard nominados al Oscar en su edición de 1953), soberbia, innovadora (abundantes tomas cámara en mano, recurso prácticamente inédito en la época) y recia dirección por parte del ecléctico y singular maestro Richard Fleischer (rodada en 13 días, sin florituras ni tonterías, al grano y dejando correr la acción), buenos y contundentes diálogos (los de Marie Windsor son para enmarcar) y un trabajo actoral rayano en la perfección, entre los que aparte de a un excelente Charles McGraw, no puedo evitar mencionar a mi admirada y sensual Marie Windsor (la cantante de cabaret de aquella joyita de Edward Dmytryk titulada “The Sniper 1952” y la astronauta de la psicotronica “Las mujeres gato de la luna 1953” entre muchas otras) que cada vez que asoma en pantalla es rodo un deleite para los sentidos (presencia física y líneas de dialogo), nos dan como resultado toda una joyita de serie B que esta muchos peldaños por encima de muchas otra producciones de cine negro mucho más conocidas y con mayor presupuesto.


Rodada en 1950, no fue estrenada hasta 1953 a causa de que Howard Hugues (producida por RKO, compañía de la que era propietario) ordeno que le dejaran el copión para ver en privado lo que había oído que era una buena película y se quedo olvidada más de un año en su sala privada de proyección (teniendo en cuenta las “particularidades” de Mr. Hugues suena hasta cierto punto perfectamente plausible).Por último, señalar que en 1990 Peter Hyams realizo un remake de titulo homónimo con Gene Hackman y Anne Archer que aunque entretenida y correcta no logra trasmitir las sensaciones de esta que nos ocupa.

Asphalt

Betty Asman en Asphalt (1929)




Realizada en las postrimerías del cine mudo alemán por el prolífico artesano Joe May, a medio camino entre un expresionismo "suave" y el film de "cámara", "Asfalto" es un vigoroso melodrama capaz de dignificar un tema absolutamente trillado (un honesto policía cuya vida se ve alterada por la irrupción de una femme fatale) gracias a un tratamiento narrativo febril y casi enloquecido.Ya desde sus primeras escenas, que nos acercan a las calles de una gran urbe, "Asfalto" engancha al espectador por lo rabioso y distorsionado de sus angulaciones de cámara. Y Joe May (inigualable maestro de alumnos como Zulawsky o Beineix) se limita a dejar que la historia discurra poniendo a su servicio una cámara apasionada que parece moverse impulsada, siempre, por las mismas tensiones que empujan a sus personajes. Nos encontramos así con momentos tan espléndidos como el "interrogatorio" en la joyería o la desesperada seducción del policía en el apartamento.Al vigor del film no es ajena la espléndida interpretación de la inquietante Betty Amann.


Es interesante ver el cine mudo alcanzó su mejor momento en el último suspiro. ¿Dónde hubiese llegado si finalmente los intereses comerciales hubieran retrasado la salida del sonoro? Siempre se ha dicho que la técnica estaba ya inventada y presente muchos años antes del “El cantor de jazz” y cierto sería que si esos problemas comerciales, que alargaron el lanzamiento del nuevo invento y revolución, no hubieran existido posiblemente no hubiéramos visto películas como “Asfalto” hasta mediados de los años 30. Pero la otra gran pregunta es dónde hubiesen llegado esos cineastas. La pregunta puede verse en parte en “Asfalto”, compendio del cine mudo, redescubridor que el cine es imagen y que las imágenes hablan por sí mismas. Desde un inicio donde el montaje las superposiciones y divisiones de la pantalla para alcanzar un cine vibrante presentando una gran ciudad, como “Y el mundo marcha” o “Lonesome”. Después la historia: el chico bueno y policía (de trafico) ella chica mala y ladrona de joyas… Él debe entregarla en comisaría pero ella tiene poco tiempo para seducirle y pasarlo al lado oscuro. Es el principio de una historia donde el dueto acaba siendo trío cuando aparece el novio matón y gangster de la fémina… la moralidad y la redención son sus temas principales entre los que aparecen fugaces ráfagas del mejor expresionismo… “Asfalto” es una pequeña joya donde los elementos alcanzados por el cine mudo se superponen para conseguir una película de gran belleza, como el verdadero amor.

El bosque petrificado

Un grupo de gángsteres llega a un bar de carretera en el desierto de Arizona, con el propósito de tomar a los ocupantes como rehenes. Entre los cautivos se encuentra un escritor que acuerda un extraño pacto con ellos.El argumento del bosque petrificado adapta una famosa obra teatral, estrenada a principios de 1936 en Broadway. La trama que nos presenta la película nos traslada al sórdido desierto de Arizona, un emplazamiento inmejorable para narrar una peculiar historia acaecida a unos personajes totalmente opuestos entre si. Quizás sea el magnífico trabajo realizado a la hora de esbozar a los personajes el mayor acierto del film. En este aspecto el espectador se va a encontrar con Squier, un trotamundos que no fija un rumbo claro al que dirigirse, Mantee, un criminal frío, acorralado en un remoto lugar de la América más profunda, Gabriela, una joven soñadora que ha pasado la mayor parte de su vida en una gasolinera alejada de la civilización, el abuelo, un viejo que encuentra en el secuestro posiblemente la última aventura que pueda vivir… este amplio elenco de personajes se va a ver incrementado por unos sobrios diálogos y por unos duelos realmente magníficos destacando el que mantiene Squier con el propio Mantee, dos personalidades opuestas, pero no muy alejadas en el destino que les espera. Como detalle cabe decir que el film apela a una cierta crítica hacia las condiciones laborales del momento y a la impotencia de acabar con el gangsterismo por parte del Gobierno, crítica tachada como antiamericanismo. La estética de este título resulta bastante teatral, enfocada sobre todo al guión por encima de cualquier valor visual. A pesar de ello Archie L.Mayo cuaja una estupenda dirección, destacando sobre todo la excelente presentación de la banda de Mantee; una ágil combinación de planos detalle acabando con una perspectiva general de todo el grupo. La fotografía también es un factor muy importante a la hora de crear una cálida atmósfera a pesar de la situación, Sol Polito trabaja con una gran profundidad de campo enfocada dentro de un espacio ideal para desarrollar un conflicto dramático. Dentro del reparto encontramos a Humphrey Bogart, que aunque no contaba con el apoyo de la productora para el papel, consiguió lanzar su carrera en el cine gracias a una perfecta encarnación de Mantee. Entre el resto de actores/actrices hayamos a Leisle Howard, quien logra una buena interpretación y a Bette Davis nueva estrella de la Warner por aquellos tiempos. La banda sonora que solo hace acto de presencia en marcados momentos de la trama, presenta partituras orquestales con predominio de viento/metal que crean un clima de tensión. El bosque petrificado es un largometraje conocido por suponer el primer papel de importancia del mítico Bogart; pero apartándose de este hecho el espectador se va a encontrar con una maravillosa cinta, acreedora de una interesantísima historia con un final tan desesperanzador, que no dejará indiferente a nadie.

Betty Amann

Betty Amann (n. 10 de marzo de 1905 en Pirmasens, Alemania; † 3 de agosto de 1990 en Westport, Connecticut, fue una actriz germano-americana.


En la Alemania de 1928, protagonizó junto al actor Gustav Fröhlich, la película Asphalt de Joe May. Joe May y el productor Erich Pommer descubrieron su talento para la industria del cine alemán.


En 1987, Betty Amann recibió el premio 'Filmband in Gold' por su larga carrera en el cine alemán.


Filmografía
1926: The Kick-Off (Director:
Wesley Ruggles)
1928: The Trail of the Horse Thieves (Director: Robert De Lacey)
1929: Asphalt (Director:
Joe May)
1929: Der Sträfling aus Stambul (Director:
Gustav Ucicky)
1929: Der weiße Teufel (Director: Alexander Wolkow)
1930: Gefährliche Romanze (Director: Michal Wászynski)
1930: Die große Sehnsucht (Auftritt, Director: Istvan Szekely)
1930: O alte Burschenherrlichkeit (Director: Rolf Randolf)
1930: Hans in allen Gassen (Director:
Carl Froelich)
1931: Das Lied der Nationen (Director: Rudolf Meinert)
1931:
Endlich sind wir reich (Rich and Strange, Director: Alfred Hitchcock)
1932: Der große Bluff (Director:
Georg Jacoby)
1933: Die kleine Schwindlerin (Director:
Johannes Meyer)
1933: Schleppzug M 17 (Director:
Heinrich George und Werner Hochbaum)
1933: Strictly in Confidence (Director: Clyde Cook)
1938: In Old Mexico (Director: Edward D. Venturini)
1943: Isle of Forgotten Sins (Director:
Edgar G. Ulmer)


viernes, 5 de agosto de 2011

Robert Mitchum



Después de escapar de casa a los catorce años y vagabundear por diferentes estados fue llevado a un tribunal de menores. La sentencia le llevó a una reclusión en un reformatorio, del que Bob terminó huyendo para unirse con su madre en Nueva York.

Después de trabajar como mecánico, Mitchum dejó Connecticut para trasladarse a Long Beach, en California. Allí consiguió un empleo en la Lockheed Aircraft, al mismo tiempo iniciaba su carrera como actor junto a su hermana en un grupo de teatro llamado Players Guild. Por esa época conoció a Dorothy Spence, con quien se casó en el año 1940.

A comienzos de década debutó como intérprete cinematográfico en producciones de bajo presupuesto, como "Aerial Gunner" (1943), un drama bélico dirigido por William H. Pine. En estos primeros films casi siempre estaba acreditado como Bob Mitchum.

Su primera impronta destacada en Hollywood se produjo al intervenir en "También Somos Seres Humanos" (1945), un film dirigido por William Wellman por el que fue nominado al Oscar al mejor actor secundario. La estatuilla iría a parar a manos de James Dunn por su interpretación en la película "Lazos Humanos".

A raíz de esta nominación, Robert Mitchum se convirtió en una de las principales estrellas de Hollywood tanto por su gran talento como actor como por su magnética presencia física.

Estupendas películas de cine negro como "Encrucijada De Odios" (1947) de Edward Dmytryk, "Retorno Al Pasado" (1947) de Jacques Tourneur o "El Gran Robo" (1949), dirigida por Don Siegel, y estimables westerns, como "Pursued" (1947) de Raoul Walsh o "Blood On The Moon" (1948) de Robert Wise, fueron los géneros en los que más destacó Mitchum en esta primera etapa de su trayectoria artística.


La década de los 50 corroboró el estatus estelar del intérprete de Connecticut con títulos como "Las Fronteras Del Crimen" (1951), película de John Farrow co-protagonizada por Jane Russell y Vincent Price, "La Trampa" (1951), una gema de cine negro muy poco conocida dirigida de nuevo por Farrow, "Hombres Errantes" (1952), una historia ambientada en el mundo del rodeo firmada por Nicholas Ray, "Río Sin Retorno" (1954), film de Otto Preminger en el que aparecía junto a Marilyn Monroe, "No Serás Un Extraño" (1955), dirigida por Stanley Kramer, "Bandido" (1956), un notable western ambientado en México y realizado por Richard Fleischer, "Sólo Dios Lo Sabe" (1957), junto a Deborah Kerr y con dirección de John Huston y sobre todo, "La Noche Del Cazador" (1955), fascinante y única película dirigida por el gran actor Charles Laughton.


En los años 60 pudimos verlo en títulos como "Página En Blanco" (1960), divertida comedia de Stanley Donen con un reparto extraordinario, o el gran melodrama de Vincente Minnelli "Con Él Llegó El Escándalo" (1960), co-protagonizado por Eleanor Parker. El mismo año se estrenó "Tres Vidas Errantes" (1960), un film dirigido por Fred Zinnemann.

Otras películas de interés en este periodo fueron "El Cabo Del Terror" (1962) de J. L. Thompson, la superproducción bélica "El Día Más Largo" (1962), "El Dorado" (1967) de Howard Hawks o "Ceremonia Secreta" (1968), película dirigida por Joseph Losey.

Su vida pública resultó bastante movida, ya que a pesar de no separarse nunca de Dorothy Spence, Mitchum mantuvo bastantes affaires amorosos con mujeres tan diversas como Lucille Ball, Carrol Baker, Gloria Grahame, Marilyn Monroe, Rita Hayworth o Ava Gardner. También fue involucrado en escándalos derivados de posesión y consumo de drogas.

Bob continuó trabajando en la gran pantalla con bastante regularidad hasta su muerte, interviniendo en la película de David Lean "La Hija De Ryan" (1970), dando lecciones de interpretación en "El Confidente" (1973), un extraordinario thriller dirigido por Peter Yates, encarnando a Phillip Marlowe en "Adios Muñeca" (1975) de Dick Richards, protagonizando la sensacional "Yakuza" (1975) de Sydney Pollack y trabajando con Elia Kazan en "El Último Magnate" (1976) junto a Robert De Niro y Tony Curtis.

Dana Andrews

Después de trabajar como gasolinero y debutar a mediados de los años 30 como actor teatral en el Pasadena Playhouse, Dana logró comenzar su trayectoria en el mundo del cine tras firmar un contrato con Samuel Goldwyn para intervenir esencialmente en películas del Oeste a partir de 1940. "Kit Carson" (1940) de George B. Saitz y "El forastero" (1940) de William Wyler, con Gary Cooper y Walter Brennan como protagonistas principales, son algunos títulos en los que apareció Andrews en el inicio de su carrera en Hollywood.


Asimismo, en esta época de principios de los años 40, intervino en excelentes películas como la comedia "Bola de fuego" (1941) de Howard Hawks, "Aguas pantanosas" (1941) de Jean Renoir, "La ruta del tabaco" (1941) de John Ford, o el western "Incidente en Ox-Bow" (1943), un título dirigido por William Wellman.


A raíz de su participación en la mítica película de cine negro "Laura" (1944) de Otto Preminger, Dana Andrews se asentó como estrella cinematográfica protagonizando en papeles principales films de muy diverso género.


"A walk in the sun" (1945), un relato bélico de Lewis Milestone, la oscarizada cinta de William Wyler "Los mejores años de nuestra vida" (1946), el western "Tierra generosa" (1946) de Jacques Tourneur, "El justiciero" (1947) de Elia Kazan, o el thriller "El telón de acero" (1948) de William Wellman, son algunos de sus mejores trabajos estrenados durante los años 40.

El siguiente decenio comenzó de forma notoria para Dana con la subestimada "Al borde del peligro" (1950), una intriga criminal dirigida por Otto Preminger.

Con el desarrollo de los años 50, Andrews intervino en un cuantioso número de producciones, pero la calidad de las mismas resultaron inferiores a las de la anterior década.


Solamente a mediados de los 50, Dana protagonizó películas verdaderamente estimables, como "Mientras Nueva York duerme" (1956) de Fritz Lang y "La noche del demonio" (1958), un fenomenal título de terror dirigido por Jacques Tourneur.


Dana continuaría trabajando sin cesar en los siguientes años, apareciendo en "Los seres queridos" (1965) del británico Tony Richardson o en "The Satan Bug" (1965) de John Sturges. En esta época su carrera se encontraba abastecida principalmente por trabajos para televisión y películas cinematográficas de escasa categoría.

Hepburn y Tracy

Hollywood era el espejo del mundo. El mundo se miraba en esa imagen que fingía reflejarlo, y hacía lo posible por parecerse a ella. A miles de kilómetros, en un país remoto llamado Argentina, cuando se hablaba de un amor romántico y abnegado, la gente pensaba en Katharine Hepburn y Spencer Tracy. Eran los swinging sixties y el fin de cierta hipocresía. Tal vez por eso se conocía en ese momento una larga historia que estaba llegando a su fin.



Spencer Tracy, un hombre que nació con el siglo, tal vez el mejor actor de la historia de Hollywood, se levantó una noche de 1967, a las 3 de la mañana, y fue a la cocina para hacerse una taza de té caliente. Katharine oyó el golpe de la taza haciéndose trizas contra el suelo. Spencer había muerto.





Kate quiso borrar todo rastro de su presencia en esa casa antes de que llegara la familia de él: la legítima esposa, los hijos. Con ayuda de su asistente, sacó su ropa y sus objetos personales y los puso en el auto. Después cambió de idea y volvió a llevar todo a la casa.



En la iglesia católica del Inmaculado Corazón de María se celebró la misa de réquiem por el alma de Spencer Bonaventure Tracy. Todo Hollywood estaba presente para despedir a una de sus grandes estrellas y dar el pésame a sus hijos y a su viuda, Louise Treadball Tracy. Encerrada en su casa, Katharine Hepburn se negaba a recibir a la prensa.



Unos días después, Kate llamó a Louise.
–Sabes, Louise –le dijo–, podemos ser amigas. Tú lo conociste al comienzo y yo al final.
–Bueno, sí –dijo Louise, vengativa–, pero verás, yo pensaba que era sólo un rumor...



Fue un largo rumor de 27 años. Katharine Hepburn y Spencer Tracy se conocieron en 1941, como protagonistas del film La mujer del año.



El era un irlandés de Wisconsin. Alcohólico perdido. Ella era una señorita de la alta sociedad. Ella tenía 34 años. El tenía 41.



El era católico ferviente. Ella era creyente, pero no religiosa. Su madre era una abanderada del control de la natalidad. El nunca se llevó bien con sus padres. Ella adoraba a la familia en que nació y los visitaba todos los fines de semana cuando no estaba en rodaje.



El prefería quedarse en casa. Ella era fanática del aire libre.



El era indiferente a los deportes (excepto el polo, que dejó antes de conocerla). Ella era loca por el tenis y el golf, le gustaba nadar y andar a caballo. El era terco y autoritario. Ella, independiente y fuerte.



El estaba separado de su esposa, pero no pensaba divorciarse nunca y seguía viéndola con regularidad. Se consideraba un hombre casado. Y mujeriego. Ella era divorciada. Y había vivido varios sonados amores, entre otros con el multimillonario Howard Hughes.



El era un hombre formal y tradicional. Ella, una rebelde que desafiaba las convenciones.



Pero los dos eran inteligentes, cultos, ególatras, demócratas, fanáticos del presidente Roosevelt, amaban su trabajo por encima de todo, y tenían un extraordinario y malévolo sentido del humor.



Cuando le propusieron a Spencer Tracy, un actor consagrado, trabajar con Katharine, contestó con toda franqueza:
–¿Cómo puedo hacer una película con una mujer que tiene las uñas sucias, una sexualidad ambigua y usa siempre pantalones?



Pero después de ver la última película de ella, Historias de Filadelfia, decidió aceptar el papel.



Se encontraron por primera vez en las oficinas de la Metro.
–Me temo que soy un poco alta para usted, señor Tracy –dijo Kathy, desde su metro setenta de estatura realzado por diez centímetros de taco.
–No se preocupe, señorita
Hepburn –dijo Tracy–. La pondré a mi altura.



La leyenda había comenzado.

martes, 2 de agosto de 2011

Henry Fonda



Uno de los actores clásicos en la interpretación del Hollywood dorado. Henry Jaynes Fonda nació el 16 de mayo de 1905 en Grand Island, Nebraska (Estados Unidos).


Tras culminar su educación secundaria se trasladó a la Universidad de Minnesotta en donde cursó estudios de periodismo mientras trabajaba como recadero en una oficina. Fue en esa época cuando le picó el gusanillo de la interpretación, uniéndose a la Omaha Community Playhouse, grupo de teatro dirigido por la madre de Marlon Brando, Dorothy.


Con posterioridad, a mediados de los años 20, intentaría probar fortuna en Broadway con los University Players, conjunto de actores dirigidos por Joshua Logan entre los que se encontraban James Stewart y Margaret Sullavan, quien se convertiría en su primera mujer. A finales de década, Henry Fonda se fue forjando un nombre en el mundo del teatro, gracias a obras como 'The Farmer Takes a Wife'. La adaptación cinematográfica llevada a cabo por la Fox supuso su debut en la pantalla grande. Aquí la película fue conocida como "Contrastes" (1935) y estaba dirigida por Victor Fleming y co-protagonizada por Janet Gaynor. Desde 1935 hasta 1981 la carrera de Fonda se convirtió en una de las más prolíficas y destacables de la historia del cine.En su primera etapa intervino en grandes películas como "Trail of the lonesome pine" (1936) de Henry Hathaway, "Solo se vive una vez" (1937) de Fritz Lang, "Jezabel" (1938) de William Wyler, "Lobos del norte" (1938) de Hathaway, "Tierra de audaces" (1939) de Henry King o "El joven Lincoln" (1939) y "Corazones indomables" ambas dirigidas por John Ford. Estos títulos convirtieron a Henry Fonda en uno de los actores favoritos del público americano.


En los años 40 sus mejores trabajos serían "Las uvas de la ira" (1940) -con nominación al Oscar incluida- dirigido por su amigo Ford; "The return of Frank James" (1940) de Fritz Lang, "Las tres noches de Eva" (1941) de uno de los grandes de la comedia, Preston Sturges; "Seis destinos" (1942) de Julien Duvivier, "The Ox-Bow Incident" (1943) de William Wellman, "Pasión de los fuertes" (1946), "El fugitivo" (1948) y "Fort Apache" (1948), las tres de nuevo del gran John Ford. En la década de los 50, Henry Fonda se tomó su carrera cinematográfica con más calma y sus apariciones en la pantalla grande perdieron ese ritmo frenético que había presidido la primera etapa de su carrera, marcada por su largo contrato con la 20Th Century Fox. Ahora libre, Henry retornaba cuando podía a sus orígenes, el teatro.A mediados del decenio regresó al cine y volvió a contar con la colaboración de John Ford, con el que apareció en "Escala en Hawai" (1955), película terminada por Mervyn LeRoy.


Otros filmes de la década fueron "Guerra y Paz" (1956) de King Vidor, "Doce hombres sin piedad" (1957) de Sydney Lumet, "Cazador de forajidos" (1957) de Anthony Mann, "Falso Culpable" (1957) de Alfred Hitchcock o "El hombre de las pistolas de oro" (1959) de Edward Dmytryk.

En los años 60 y 70 intervino en series televisivas y en varios títulos importantes como "Tempestad sobre Washington" (1962) de Otto Preminger, proyectos megalómanos como "La conquista del Oeste" (1962) y "El día más largo" (1962); películas estimables como "Punto límite" (1964) de Lumet, la divertida comedia "La pícara soltera" (1964) de Richard Quine; en "El estrangulador de Boston" (1968) de Richard Fleischer, "Brigada homicida" (1968) de Don Siegel, en varios westerns como "Los desbravadores" (1965) de Burt Kennedy, "Hasta que llegó su hora" (1968) de Sergio Leone, "Los malvados de Firecreek" (1968) de Vincent McEveety, "El club social de Cheyenne" (1970) de Gene Kelly, "El día de los tramposos" (1970) de Joseph L. Mankiewicz o "Mi nombre es ninguno" (1974) de Tonino Valeri. También apareció en olvidables films de desastres típicos de la época.

Fonda recibió el Oscar de Hollywood poco antes de morir por su participación en "En el estanque dorado" (1981), una película de Mark Rydell co-protagonizada con otra gloria de la mejor época del cine estadounidense, Katharine Hepburn, quien también conseguiría la preciada estatuilla dorada. Un año antes, al veterano actor le habían otorgado un Oscar honorífico. Henry Fonda moriría de un fallo cardiaco el 12 de agosto de 1982 en Los Ángeles, dejando viuda a su quinta esposa Shirlee Mae Adams, con la que se contrajo matrimonio en 1965. Con anterioridad, Fonda se había casado con Margaret Sullavan en 1931, con la que estuvo un año escaso. Posteriormente contrajo matrimonio con Frances Seymour Brokaw, en un enlace que duraría 14 años, de 1936 hasta 1950, año en el cual Frances se suicidaría. Su tercera mujer fue la actriz Susan Blanchard -vista en "El príncipe de las tinieblas" (1987) de John Carpenter- con la que se casó en 1950 y se divorció en 1956. La anterior boda a su último matrimonio fue con la actriz italiana Afdera Franchetti (a la que conoció en el rodaje de "Guerra y Paz"), casándose en 1957 y divorciándose en 1961. De su enlace con Frances Seymour Brokaw tuvo a sus hijos Jane y Peter, ambos célebres intérpretes.



Falso culpable



Las posibilidades de que un día determinado, se nos pueda considerar “culpables”, de cualquier causa que no hayamos cometido, es muy cierta. Por nuestro desafortunado parecido físico con alguien sospechoso, por cualquier error de la justicia, por testimonios asustados, etc... de bien seguro que a partir de ese momento nuestra vida y la de todos nuestros familiares cambiará, pudiéndose convertir en una pesadilla sin fin. Por éste motivo no considero el tema de la película “Falso culpable” de Alfred Hictcock, un film menor, de hecho está basada en hechos reales. Lo que ocurre, es que Hitchcock nos acostumbró a películas EXCEPCIONALES, siendo a mi entender, “The Wrong man”, “The Paradine Case” y “I confess”, fílms notables, pero sin la espectacularidad de la mayoría de su filmografía.La película que estamos comentando, tiene una narración: asombrosa, descriptiva, cercana, detallista, escrutadora, desde el punto subjetivo del inculpado; y consigue transmitir la pesadumbre del protagonista de quien se está contemplando su proceso tanto policial como judicial, es cierto que existen altibajos de intensidad en algunas partes del metraje de la película. Pero también hemos de señalar las innovaciones técnicas, como la cámara ondulante una vez el Protagonista es conducido a su celda, así como el largo fundido en una de las secuencias finales. Sin el trabajo del inconmensurable Henry Fonda (en el papel del inocente Manny Balestrero), de la magnífica Vera Miles (en el de su esposa Rose), así como con el buen hacer de Anthony Quayle (en su papel de abogado defensor), la película no hubiera resultado tan notable, brillante ni descriptiva, como ya he mencionado antes.



TÍTULO ORIGINAL
The Wrong Man
AÑO
1956



DIRECTOR
Alfred Hitchcock
GUIÓN
Maxwell Anderson & Angus MacPhail (Obra: Maxwell Anderson)
MÚSICA
Bernard Herrmann
FOTOGRAFÍA
Robert Burks (B&W)
REPARTO
Henry Fonda, Vera Miles, Anthony Quayle, Harold J. Stone, Nehemiah Persoff, Charles Cooper, Richard Robbins
PRODUCTORA
Warner Bros. Pictures


-Un Hitchcock atípico: parte de la idea base de recrear un caso real sin alterar los hechos más allá de lo estrictamente necesario. Se pierden así dos señas de identidad del director inglés tan importantes como su sentido del humor y su gusto por el absurdo. Irónicamente, hay quienes critican el guión por sus giros poco creíbles. Una vez más las exigencias de verosimilitud de muchos espectadores se revelan arma de doble filo.-La puesta en escena está ideada partiendo de una premisa clara: narrar de forma subjetiva desde el punto de vista del hombre que es acusado injustamente. Gracias a esta concepción y la habilidad de Hitchcock, la película se convierte en una pesadilla kafkiana, angustiosa e inquietante. El espectador apenas tiene asideros a los que agarrarse para tomarse un respiro*.-El desarrollo de este planteamiento no podría ser más hábil. La construcción de los planos, fotografía e iluminación de ensueño, el uso de la música, los precisos movimientos de cámara. Todo ello desemboca en una continua sensación malsana y onírica a partes iguales. Curioso que partiendo de la reconstrucción de una realidad subjetiva se llegue a una obra tan irreal, curioso y a un tiempo lleno de sentido.-La actuación de Fonda, contenida y gris, va en plena consonancia con el clima de la película. Probablemente la obra más triste de Hitchcock, llena de una angustia realmente desasosegante. Quizás por su carácter de rareza no acabe de entusiasmar a los fans del inglés, recomiendo acercarse a ella sin prejuicios para no llevarse una desilusión por esperar otra cosa.-Como pegas: la estructura argumental no es demasiado cinematográfica, deudora en exceso del caso real. Esto desemboca en algunos baches rítmicos o dramáticos**.Hitchcock prefería de entre sus películas las que más gente atraían a las salas, por eso no sentía el entusiasmo suficiente para defender ésta. Creo que buena parte de los que valoran su obra sin atender a más razones que la satisfacción cinematográfica personal encontrarán buenos motivos al verla para sentir, ellos si, ese entusiasmo.Un Hitchcock atípico pero muy recomendable.

El letrero final, diciendo que la mujer se cura a los dos años, creo que no es verdad. Pero me baso en un comentario algo ambiguo del director, no puedo afirmarlo. En todo caso la película en sí no da pie al alivio: los protagonistas ven destruidas sus esperanzas, su existencia rota por completo. Incluso la liberación final sabe a fracaso. Si, cabrones, soy libre, pero me habéis jodido la vida.**De todos modos el final me encanta: lo que empezó por mala suerte acaba por buena. La pesadilla kafkiana termina. El verdadero culpable y su detención, un infeliz que suplica por su mujer e hijos, todo muy triste.NOTA: Los datos sobre la concepción de la película y algunas opiniones del director sobre la misma los he sacado de sus conversaciones con Truffaut.


Anillos en sus dedos

TÍTULO ORIGINAL
Rings on Her Fingers
AÑO
1942


DIRECTOR
Rouben Mamoulian
GUIÓN
Ken Englund (Historia: Robert Pirosh, Joseph Schrank)
MÚSICA
Leigh Harline, Cyril J. Mockridge
FOTOGRAFÍA
George Barnes (B&W)
REPARTO
Henry Fonda, Gene Tierney, Laird Cregar, Shepperd Strudwick, Spring Byington, Frank Orth, Henry Stephenson, Marjorie Gateson, George Lessey, Iris Adrian, Harry Hayden, Gwendolyn Logan, Eric Wilton, William 'Billy' Benedict, Sarah Edwards
PRODUCTORA
Twentieth Century Fox Film

Protagonizada por Gene Tierney fue una de las presencias femeninas más fascinantes de la historia del Hollywood clásico.

Nació el 19 de noviembre de 1920 en el barrio neoyorquino de Brooklyn (Estados Unidos). Su padre era un próspero empresario de seguros y su madre trabaja como profesora de escuela. La infancia de Gene fue muy feliz, con unos padres que le compraban todos sus caprichos y la enviaban a los mejores colegios. Estudió en Connecticut y con posterioridad amplió su formación durante varios años en una academia suiza.

Tras regresar a su país y completar sus estudios en el instituto, la neoyorquina comenzó a actuar en el teatro impulsada por su padre, que promocionó todo lo que pudo a su hija para que triunfara en la escena de Broadway.

Tierney llamó bastante la atención entre los críticos de la ciudad y entre los amantes del teatro en general, especialmente por su gran belleza. Uno de sus más fervientes admiradores fue el productor Darryl F. Zanuck, quien después de apreciar su talento y hermosura, no dudó en ofrecerle un contrato con los estudios 20Th Century Fox.

Su primera aparición en el cine se produjo en la película "El Renegado" (1940), un film de aventuras protagonizado por Paul Muni y Vincent Price que fue dirigido por Irving Pichel.

Su seductora presencia fue la clave de su éxito en los años 40, década en la que intervino en títulos como "La Venganza De Frank James" (1940) de Fritz Lang, "El Embrujo De Shangai" (1941) de Josef Von Sternberg, "Belle Starr" (1941) de Irving Cummings, "La Ruta Del Tabaco" (1941) de John Ford, "El Hijo De La Duria" (1942) de John Cromwell, "El Diablo Dijo No" (1943) de Ernst Lubitsch, "Laura" (1944) de Otto Preminger, "La Campana De La Libertad" (1945) de Henry King -en esta película aparecía teñida de rubia-, "Que El Cielo La Juzgue" (1945) de John M. Stahl, "El Castillo De Dragonwyck" (1946) de Joseph L. Mankiewicz, "El Filo De La Navaja" (1946) de Edmund Goulding, "El Fantasma y La Señora Muir" (1947), dirigida de nuevo por el gran Mankiewicz, "Telón De Acero" (1948) de William Wellman, o "Vorágine" (1949), título de intriga con lugar para la hipnosis realizado por Otto Preminger.

Por su estupenda interpretación en "Que El cielo La Juzgue" fue nominada al Oscar en el año 1945. El premio fue para Joan Crawford por su actuación en "Alma En Suplicio".

La primera mitad de la década de los 50 continuó siendo tan prolífica como el decenio anterior. Así, la podemos disfrutar en los títulos anteriormente citados "Al Borde Del Peligro" (1950) de Otto Preminger, "Noche En La Ciudad" (1950) de Jules Dassin y "Casado y Con Dos Suegras" (1951) de Mitchell Leisen, además de en otros como "En la Costa Azul" (1951) de Walter Lang, "La Aventura Del Plymouth" (1952) de Clarence Brown o "La Mano Izquierda De Dios" (1955), película de Edward Dmytryk que le emparejó con Humphrey Bogart.


Tras esta última película, Gene tuvo que ingresar en un centro hospitalario debido a una fuerte depresión derivada de sus problemas sentimentales, aparecidos principalmente cuando fue abandonada por el playboy millonario Aly Khan.


Después de este periodo de zozobra sentimental, la actriz de Brooklyn consiguió olvidar a Aly Khan y se casó en 1960 con el magnate del petróleo texano Howard Lee, quien acababa de divorciarse de otra belleza cinematográfica, Hedy Lamarr.


Alcanzada la estabilidad mental, Gene regresó a la gran pantalla a principios de los años 60 para intervenir en la película "Tempestad Sobre Washington" (1962), film político dirigido por su buen amigo Otto Preminger.


Gene sólo rodó dos títulos más antes de abandonar definitivamente el cine (haría algún que otro trabajo para la televisión): "Toys In The Attic" (1963) de George Roy Hill y "The Pleasure Seekers" (1964) de Jean Negulesco.


En 1981 enviudó de Lee y diez años más tarde, la propia Gene Tierney falleció víctima de un enfisema. Era el 6 de noviembre de 1991 y tenía 70 años de edad.

Vampiresas de 1937

Joan Blondell en Gold Diggers of 1933.


DIRECTOR
Lloyd Bacon, Busby Berkeley
GUIÓN
Richard Maibaum, Michael Wallace, George Haight, Warren Duff
MÚSICA
Heinz Roemheld
FOTOGRAFÍA
Arthur Edeson
REPARTO
Dick Powell, Joan Blondell, Glenda Farrell, Victor Moore, Lee Dixon, Osgood Perkins, Charles D. Brown, Rosalind Marquis, Irene Ware, William B. Davidson, Olin Howland, Charles Halton, Paul Irving, Harry C. Bradley, Joseph Crehan
PRODUCTORA
First National Pictures / Warner Bros. Pictures
PREMIOS
1936: Nominada al Oscar: Mejor coreografía

La neoyorquina Rose Joan Blondell, una importante actriz del Hollywood de los años 30, (especialmente en películas de corte humorístico y musical) nació el 30 de agosto de 1906 en el seno de una familia dedicada al mundo de la farándula. Su padre era un conocido cómico llamado Eddie Blondell, y su madre también se dedicaba a la representación junto a su marido en espectáculos de vodevil. Joan se unió a ellos en escena cuando todavía era una niña.

Al cumplir los 17 años de edad abandonó la troupe liderada por su padre y se estableció en Dallas, ciudad de Texas en la que fue nombrada Miss Dallas y en la que representó obras teatrales. A finales de los años 20 logró debutar en Broadway, coincidiendo con un actor que también se habría camino en el mundo del teatro: James Cagney.


Los dos primerizos intérpretes representaban juntos la obra "Penny Arcade", un título que también supuso su debut en el cine para la Warner bajo la dirección de John G. Adolfi y la nueva denominación de "Sinner's Holiday" (1930).


Durante toda la década de los 30, Joan intervino en multitud de películas Warner entre las que destacan "El enemigo público" (1931) de William Wellman, "Blonde crazy" (1931) de Roy del Ruth, "Union Deport" (1932) de Alfred E. Green, "Broadway bad" (1933) de Sidney Lanfield, "Desfile de candilejas" (1933) de Busby Berkeley, "Vampiresas 1933" (1933) de Mervyn LeRoy, "Música y mujeres" (1934) de Ray Enright, "El rey y la corista" (1937) de LeRoy, "Siempre Eva" (1937) de Tay Garnett, "Siempre hay una mujer" (1938) de Alexander Hall, o "Al Este del cielo" (1939), una comedia musical protagonizada por Bing Crosby.

Una de sus parejas habituales (además de Cagney) fue Dick Powell ("Vampiresas 1933"), actor con el que se casó en el año 1936. Su matrimonio duró hasta 1945. Powell se convirtió en su segundo marido, pues anteriormente Joan se había casado en 1932 con el director de fotografía George Barnes, técnico con el que trabajó en variadas ocasiones mientras estuvieron como marido y mujer hasta el año 1936.

En los años 40 y 50 la elevada intensidad en la carrera de la actriz de Nueva York menguó bastante, disminuyendo el número de apariciones que caracterizaron su trabajo en la década de los 30. En este período, en especial durante los años 50, trabajó con mayor asiduidad en el teatro.


Los personajes que solía interpretar seguían siendo de corte cínico y humorístico, vivarachos y perspicaces. Podemos disfrutar de su talento en películas como "La mujer fantasma" (1941) de Roy del Ruth, "Lazos humanos" (1945) de Elia Kazan, "El callejón de las almas perdidas" (1947) de Edmund Goulding, "Su otra esposa" (1957) de Walter Lang o "Una mujer de cuidado" (1957) de Frank Tashlin.

Por su interpretación como actriz secundaria en "No estoy sola" (1951) fue nominada a un Oscar que terminó consiguiendo Kim Hunter por su trabajo en "Un tranvía llamado deseo".

En 1947 Joan se casó por tercera vez, ahora con el productor de teatro y cine Mike Todd. De nuevo el matrimonio no fue estable, y Joan y Mike terminaron separándose en el año 1950. Poco después, Todd se casó con Elizabeth Taylor.

Los últimos trabajos como actriz de Joan Blondell tuvieron como destino principal el teatro y la televisión, aunque también intervino en películas cinematográficas como "El rey del juego" (1965) de Norman Jewison, el famoso musical "Grease" (1978) de Randall Kleiser, o el remake de "Campeón" (1979), dirigido por Franco Zeffirelli y protagonizado por Jon Voight, Faye Dunaway y Ricky Schroeder.

Joan falleció víctima de una leucemia el 25 de diciembre de 1979 en Santa Mónica, Los Angeles. Tenía 73 años.

Barbara Stanwyck, carita de ángel



Baby Face (Carita de ángel)
TÍTULO ORIGINAL
Baby Face
AÑO
1933



DIRECTOR
Alfred E. Green
GUIÓN
Gene Markey, Kathryn Scola (Historia: Darryl F. Zanuck)
MÚSICA
Varios
FOTOGRAFÍA
James Van Trees (B&W)
REPARTO
Barbara Stanwyck, George Brent, Donald Cook, Alphonse Ethier, Henry Kolker, John Wayne, Margaret Lindsay, Arthur Hohl, Robert Barrat, Douglass Dumbrille
PRODUCTORA
Warner Bros. Pictures / Vitaphone Pictures
SINOPSIS
En una pequeña ciudad industrial, Lilly Powers (Baby Face) trabaja como camarera en la cantina de su padre (Robert Barrat), donde aprende las malas artes de los clientes masculinos. Cuando su padre muere, se traslada a Nueva York con su criada, donde aprovechará su experiencia y su capacidad de engatusar a los hombres para ir escalando posiciones. En la gran manzana conoce a Jimmy McCoy (John Wayne), un botones de oficina que la ayuda a conseguir un trabajo en la Gotham Trust Company. A partir de entonces seduce y rechaza varios hombres.


Baby Face es una buena película que al parecer no cuenta con mucha popularidad, y es una pena. Protagonizada por la gran Barbara Stanwyck,que interpreta a una mujer que sabe hacer buen uso de sus atributos para engatusar a los hombres y aprovecharse de ellos en beneficio propio, una auténtica Femme fatale.Y es que cuando yo pienso en una Femme Fatale de el mundo del cine, la primera que me viene a la cabeza siempre es Barbara Stanwyck, sin duda una de las actrices que mejor ha sabido encarnar este tipo de personajes. Si no habéis visto la película todavía, no os la perdáis.


Excelente. Bárbara muestra del cine pre-code que tanto escandalizó a las mentes más puritanas.


Lo mojigato no tiene lugar en esta película. El oficio más viejo del mundo se trata con cierta sutileza, para finalmente caer con todo el peso de su crudeza y realidad. No se esconde, no lo pretenden esconder; simplemente lo dulcifican con gestos, miradas, argucias en definitiva. Y ahí está La Stanwyck capaz de hechizar a cualquier hombre (incluso a un John Wayne jovencito) que se pone a su alcance para alimentar su ambicioso plan. No es una sátira, es una realidad: en la que la mujer, las "caritas de angel", domina los actos.La Stanwyck fatal nos tiene acostumbrados a desorientarnos con su capacidad para auto dirigirse hacia destinos oscuros, aunque también podemos verla concienciándose y redimiéndose de todos sus pecados.Bravo por Alfred Green y sus planos de la Stanwyck.


Enfermeras de noche


TÍTULO ORIGINAL
Night Nurse
AÑO
1931
DIRECTOR
William A. Wellman
GUIÓN
Oliver H.P. Garrett (Novela: Grace Perkins AKA Dora Macy)
MÚSICA
FOTOGRAFÍA
Barney McGill (B&W)
REPARTO
Barbara Stanwyck, Ben Lyon, Joan Blondell, Clark Gable, Blanche Friderici, Charlotte Merriam, Charles Winninger, Edward J. Nugent, Vera Lewis, Ralf Harolde, Walter McGrail
PRODUCTORA
The Vitaphone Corporation / Warner Bros. Pictures
SINOPSIS
Lora Hart es una enfermera que, al acabar su turno, hace horas extras por la noche cuidando a dos niños pequeños en una gran casa. Pronto se verá involucrada en un complot criminal donde tendrá que poner a prueba su habilidad e inteligencia para salir de esa situación.


Es una interesante película, que combina historias de médicos, de gangsters y de crímenes con ingenuidad pero también con atractivo. Dirigida con pulso por Wellman en uno de sus primeros trabajos sonoros. Los cinéfilos la disfrutarán mucho.

A destacar:


- El inicio con cámara subjetiva en la ambulancia mientras recorre la ciudad hasta el hospital.


- Clark Gable en uno de sus primeros trabajos haciendo de malo malísimo.


- Barbara Stanwyck también en uno de sus primeros trabajos como estrella absoluta.


- Una deliciosa Joan Blondell, estupenda actriz de los años 30.


- Un erotismo que impregna la pelí, con las enfermeras vistiéndose y desnudándose en varias ocasiones, quedándose en ropa interior etc (aún no se aplicaba el Código Hays).


- El final, que puede parecer feliz, impacta por su dureza.