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sábado, 18 de febrero de 2012

Tatsuya Nakadai

 
 
Tatsuya Nakadai (仲代達矢 Nakadai Tatsuya,Tokio, 13 de diciembre de 1932). Desde su descubrimiento en 1953, Nakadai ha aparecido en más de 120 películas. Es conocido por sus papeles en las películas de Akira Kurosawa de los años 1950 y 1960,  y es seguramente el actor japonés más renombrado en occidente.
 
Tatsuya Nakadai nació el 13 de diciembre de 1932 (aunque algunas fuentes lo fechan en 1930) en Tokyo, Japón. Su carrera empezó de la mano del director Masaki Kobayashi, quien lo descubrió trabajando de dependiente en una tienda e inmediatamente le ofreció introducirse en el mundo de la interpretación. La primera película en la que participó fue “Kabe atsuki heya” (Masaki Kobayashi, 1953) y al año siguiente ya empezaría a codearse con los grandes actores y directores japoneses de la época al participar como secundario en “Los 7 Samurais” (Akira Kurosawa, 1954).
 
 
 
En los siguientes años participó diversas cintas de la que cabria destacar la magnifica “Enjo” (Kon Ichikawa, 1958). Sus comienzos fueron prometedores y Masaki Kobayashi, como su descubridor, contó con él para numerosas cintas. Su primera gran colaboración se produjo en la trilogía “The Human Condition” (Masaki Kobayashi, 1959, 1960, 1961) en la que interpretaba al protagonista Kaji. Este papel le valió gran reconocimiento, por la última parte de la trilogía gano el premio al mejor actor en el “Mainichi Film Concours”, y le abrió definitivamente a los papeles protagonistas. Mientras trabajaba en la comentada trilogía también participó en cintas como “Kagi” (Kon Ichikawa, 1959), “Cuando una mujer sube la escalera” (Mikio Naruse, 1960) o “Daughters, Wives and a Mother” (Mikio Naruse, 1960).
 
 
 
En los años 60 seguiría siendo incondicional de Kobayashi, participando en cintas como la mítica “Seppuku” (1962), que le valió sendos premios a mejor actor en los “Blue Ribbon Awards” y “Kinema Junpo Awards” y que esta considerada como una de las 3 mejores películas de samurais de todos los tiempos, “Kaidan” (1964) o “Samurai Rebellion” (1967), pero también se convertiría en actor asiduo de Akira Kurosawa, con el que participaría en “Yojimbo” (1961), “Sanjuro”(1962) o “El infierno del Odio” (1963). Aparte de estas 2 colaboraciones que se convertirían en asiduas a lo largo de esta década Nakadai participó en cintas hoy consideradas grandes clásicos como “The Sword of Doom” (Kihachi Okamoto, 1966), “Kill!” (Kihachi Okamoto, 1968), “Goyokin” (Hideo Gosha, 1969) o “Tenchu” (Hideo Gosha, 1969).
 
Durante los 70 trabajaría en una varias películas con el director Hideo Gosha: “The Wolves“ (1971), “Bandits vs, Samurai Squadron” (1978) y “Hunter in the Dark“ (1979), y en otras cintas bastante reconocidas como “The Battle of Okinawa“ (Kihachi Okamoto, 1971), “The Gate of Youth” (Kiriro Urayama, 1975) o “Fenix” (Kon Ichikawa, 1978). Durante los 70 la relación entre Mifune y Kurosawa se deteriora y entonces el director se fijaría en Nakadai como el único sustituto del actor para su nuevo proyecto, “Kagemusha” (1980), que le valió de nuevo a Nakadai los premios a mejor actor en los “Blue Ribbon Awards” y “Mainichi Film Concours”.

Con Kurosawa trabajaría de nuevo en “Ran” (1985), con Hideo Gosha seguiría trabajando en cintas como “Onimasa” (1982), “Ni-ni-roku” (1989) o “Kagerô” (1991), y con Kobayashi tendría su último trabajo con “Shokutaku no nai ie” (1985). Durante los 90 trabajaría esporádicamente en algunos papeles secundarios, la perdida de su mujer de 40 años, Tomoe Ryu, lo marcaría profundamente. Volverá al papel protagonista en la cinta “To Dance With The White Dog” (Takashi Tsikinoki, 2002), interpretando a un viejo atormentado por la muerte de su mujer. Después participaría en cintas como “Like Asuara” (Yoshimitsu Morita, 2003) y “Yamato” (Junya Sato, 2005), su última cinta hasta la fecha a la espera de la anunciada “The Inugamis” (Kon Ichikawa) que esta anunciada para este 2006.



Tatsuya Nakadai es uno de los grandes actores de la filmografía japonesa, habiendo trabajado en mas de 120 películas y con directores de la talla de Masaki Kobayashi, Akira Kurosawa, Hideo Gosha, Kon Ichikawa o Mikio Naruse. Para muchos si tuviera que existir un “rival” del mítico actor Toshiro Mifune este solo podría ser Tatsuya Nakadai.

Enlaces:
- Filmografía en IMDB
 

El hombre que mató a Liberty Valance

Obra memorable, que revoluciona el género mediante la transgresión de sus propios códigos. Una reflexión de lirismo inaudito, de desatado romanticismo, acerca del significado del honor, de la distancia entre realidad y leyenda, todo ello retratando a unos personajes crepusculares y atormentados, repletos de matices.


Ford tenía algo más de 65 años cuando rodó esta película. En aquella época el cine clásico se desangraba ya sin remisión; el trasvase de directores iniciados en la TV era imparable y los viejos artesanos tenían cada vez menos predicamento y debían adaptarse.

Tom Doniphon (John Wayne) quemó su casa protestando por un amor perdido y rindiéndose ante lo que sabía inevitable; Ford agotó un género desde la reflexión meticulosa y crepuscular.

Tom dejó su sitio a las compilaciones de legislación y a las asambleas de gentilhombres; Ford apuró posibilidades para que fueran otros, era el turno de esos otros, los que estiraran desde la sobreexcitación lo que él había detallado ya desde el brío y la ternura de un cine con ansias de mito y armazón de orfebrería en estado puro.

Tom disparó el último tiro para así convertir en leyenda el inevitable futuro en el que ya no tenía sitio; Ford grabó en un anticuado blanco y negro la perfección de una forma de hacer cine y dejó paso a la necesaria renovación, a la inexcusable evolución.

Y es que, por mucho que se insista en otorgar el calificativo de crepuscular a películas como Grupo Salvaje, es esta película de Ford la que mejor refleja aquello que esos antihéroes mitificados por el western clásico perdieron con la llegada del ferrocarril y de los “attorney at law”. Quizás porque el propio Ford se estaba disipando también entre el ineludible empuje de los Leone, los Lumet o los Frankenheimer, y ante esa imparable locomotora cuyo innovador trayecto culminaría en los 70.

Así que condensó toda la nostalgia que fue capaz de rescatar en un cactus, un sombrero vaquero a uno noventa y tres del suelo y en una vieja cabaña en llamas. Así lo hizo y luego se marchó. Y se marchó sí, ya lo creo. Aunque aún le quedaran tres o cuatro pelis más.

Se puso el parche, nos dio la espalda y se alejó después de descerrajarle un tiro a la historia del western, del cine clásico, del cine en general, del western crepuscular y a la madre que nos parió. John Ford, coño. John Ford es el cine.

 

TÍTULO ORIGINAL The Man Who Shot Liberty Valance
AÑO 1962


PAÍS
DIRECTOR John Ford
GUIÓN James Warner Bellah & Willis Goldbeck (Historia: Dorothy M. Johnson)
MÚSICA Cyril Mockridge (AKA Cyril J. Mockridge)
FOTOGRAFÍA William H. Clothier (B&W)
REPARTO James Stewart, John Wayne, Lee Marvin, Vera Miles, Edmond O'Brien, Andy Devine, Ken Murray, John Carradine, Jeanette Nolan, John Qualen, Woody Strode, Lee Van Cleef, Strother Martin, Denver Pyle
PRODUCTORA Paramount Pictures
PREMIOS 1962: Nominada al Oscar: Mejor vestuario (Blanco & Negro)
GÉNERO Western | Película de culto
SINOPSIS Un anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, Ransom Stoddard (James Stewart), relata a un periodista la verdadera historia de por qué ha viajado junto a su mujer Hallie (Vera Miles) para acudir al funeral de un viejo amigo, Tom Doniphon (John Wayne). Todo comenzó muchos años atrás, cuando Ransom era un joven abogado del este que llegó en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar a su destino, es atracado y golpeado brutalmente por el temido pistolero Liberty Valance (Lee Marvin).

Centauros del desierto

Un hombre parte en busca de los indios que se llevaron a su sobrina. Este es el -aparentemente- simple argumento de un viaje al centro del odio y la intolerancia a cargo del mejor John Wayne. En la mirada cansada de Ethan el racismo late poco a poco, casi sin notarse; ojos caídos de un perdedor que apenas puede esconder un desprecio tan brutal como poco explícito. El maestro Ford volvió a demostrar por qué es el mejor director de la historia del cine en un genial relato lleno de fuerza, amargura, poesía y perfección. Un obra de arte.




Eminente western de John Ford, para algunos el mejor de su filmografía. Escrito por Frank S. Nugent ("Fort Apache"), yerno de Ford y colaborador suyo en varios films, adapta la novela "The Searchers" (1954), de Alan LeMay. Se rueda en exteriores de Utah (Monument Valley), California (Bronson Canyon) y Colorado y en los RKO Studios (CA). Producido por Merian C. Cooper ("La legión invencible") y Patrick Ford, se estrena el 13-III-1956 (EEUU).

La acción tiene lugar en Texas y territorios próximos, a lo largo de 5 años, en 1868-73. Ethan Edwards (Wayne) es un personaje atormentado, solitario, obsesivo, terco y racista, que emprende junto con Martin (Hunter) la búsqueda de su sobrina, la pequeña Debbie (Wood), que los comanches han secuestrado tras asesinar a sus padres.

El film suma western, aventura y drama. Como western es una obra atípica y singular en muchos aspectos. Desarrolla un relato sombrío, en el que el protagonista se mueve a impulsos de deseos dudosos y oscuros, alejados de la iconografía del héroe y de la mitología del género ¿A qué se debe su sed de venganza? ¿Por qué alienta unas ansias de matar irracionales? ¿Cuáles son las intenciones reales que le impulsan a buscar a la sobrina? ¿Lo hace porque quiere matarla, como sospecha Martin? ¿En qué medida influyen en él sus frustraciones y derrotas? ¿Cuáles son realmente sus fantasmas interiores? ¿Padece algún tipo de trastorno psicológico?

El comportamiento de Ethan muestra afanes contrarios a los códigos morales de la sociedad que le rodea (desea a la mujer del hermano, a su sobrina Lucy...). No oculta una actitud racista explícita, descarada, agresiva y exagerada (odia a los indios, les dispara por la espalda...). Practica una violencia desmesurada y escalofriante. Conoce los referentes de los comanches, como demuestra al disparar a los ojos de un comanche muerto para que sus hermanos de tribu sufran pensando que el alma del difunto no conocerá el reposo. Su comportamiento se basa con frecuencia en reacciones primarias, compulsivas y viscerales, en las que no anida la compasión, la comprensión, la tolerancia, el afecto, el respeto. Sumido en un abismo de odio y vileza, conforma uno de los personajes más crudos, desabridos, trágicos e intensos de Ford. Su caracterización, dramática y terrible, incorpora hechuras y dimensiones propias de un personaje de Shakespeare. A través de él, Ford explora algunos de los rincones más oscuros del ser humano y de la conciencia colectiva norteamericana. Algunos críticos advierten paralelismos entre Ethan Edwards y Travis Blickle, el protagonista de "Taxi Dirver".

La narración deviene una odisea que enfrenta al personaje con lo que parece ser su inevitable destino de calamidades, adversidades, derrotas y desarraigo. Al servicio del relato, Ford despliega un estilo claro, limpio, transparente, equilibrado y natural, que enriquece con toques líricos (la puerta que se abre al comienzo y se cierra al final) y emotivos (abrazo de Ethan a Debbie tras elevarla al aire con los brazos). Como es habitual en Ford, abundan los toques de humor. En esta ocasión se apoyan en razones de situación (compra por error de una esposa india), en personajes excéntricos (Mose Harper), en la extraña manera de hablar (Lars Jorgensen), etc.

La música, de Max Steiner, aporta una rica y variada partitura de más de 30 temas. Incorpora canciones de época ("The Yellow Rose Of Texas", 1853) y la balada "The Searchers", de Stan Jones, que se canta al inicio y al final de la cinta. La melodía en off de "Lorena" subraya el interés concupiscente de Ethan por su cuñada Martha (Jordan). La fotografía muestra la notable habilidad de Ford para la composición de imágenes, su admiración por la belleza, exotismo y grandiosidad del paisaje de Monument Valley, el acertado uso que hace de emotivos contraluces crepusculares y el dominio de una rica paleta de color. Gran interpretación de Wayne, en el que posiblemente es su mejor western. Película de culto para muchos.

TÍTULO ORIGINAL The Searchers
AÑO 1956


PAÍS
DIRECTOR John Ford
GUIÓN Frank S. Nugent
MÚSICA Max Steiner
FOTOGRAFÍA Winton C. Hoch
REPARTO John Wayne, Natalie Wood, Jeffrey Hunter, Ward Bond, Vera Miles, John Qualen, Olive Carey, Henry Brandon, Ken Curtis, Harry Carey Jr., Hank Worden, Walter Coy
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures
GÉNERO Western. Aventuras | Racismo. Película de culto
SINOPSIS Texas. En 1868, tres años después de la guerra de Secesión, Ethan Edwards, un hombre solitario, vuelve derrotado a su hogar. La persecución de los comanches que han raptado a una de sus sobrinas se convertirá en un modo de vida para él y para Martin, un muchacho mestizo adoptado por su familia.

Duke Wayne

Humphrey Bogart o Zsa Zsa Gabor no han pasado a la historia por ser escritores. Bette Davis o Spencer Tracy tampoco fueron reconocidos pilotos, ni Woody Allen o Harpo Marx consumados sumilleres. Sin embargo su fama como actores les convirtió en reclamo publicitario para la industria del bolígrafo, del automóvil o de las bebidas alcohólicas respectivamente. Las décadas doradas del star-system, ese que fiaba la primacía de una producción cinematográfica a la celebridad del protagonista, dejaron su impronta en el marketing.
 
El tabaco fue uno de los consumibles más identificados con los actores americanos. Compañero insustituible en las grandes travesías del Oeste y apéndice fundamental en los segundos previos al tiroteo, el cigarrillo se publicitó en las bocas de John Wayne, Gary Cooper o Gregory Peck. Otro sentido adquiría en los labios de Bogart y no digamos si exhalaban el humo femmes fatales como Dolores del Río, Joan Fontaine o Dorothy Lamour.  

John Wayne, fumador dentro y fuera del anuncio, acabó contrapublicitándose. Diagnosticado de cáncer de pulmón, puso su atractiva y gran humanidad al servicio de una campaña contra el tabaco.


Marion Robert Morrison, de nombre artístico John Wayne (Winterset, Iowa, Estados Unidos, 26 de mayo de 1907Victoria de Durango, Durango, México, 11 de junio de 1979), conocido popularmente como The Duke (El Duque), fue un actor estadounidense que comenzó su carrera en el cine mudo en la década de 1920. Fue el símbolo de lo rudo y masculino, y fue un icono norteamericano durante muchos años. Es memorable el timbre distintivo de su voz, su forma de caminar y su presencia física. También fue célebre su postura política conservadora y su apoyo a las posturas políticas anticomunistas de la década de 1950.

En 1999, el American Film Institute le otorgó el lugar número 13 en su lista de las 100 Estrellas Más Grandes de Todos los Tiempos. Una encuesta Harris publicada en 2007 le otorgó el tercer lugar entre las estrellas favoritas de los Estados Unidos, la única estrella ya fallecida de la encuesta y, a la vez, la única estrella que había estado apareciendo en ella todos los años.

Su carrera fílmica comenzó en el cine mudo en la década de 1920, pero su éxito y fama se consolidaron entre las de 1940 y 1970. Su imagen ha quedado asociada, para muchos, con el género Western y con las películas de guerra, a pesar de que en realidad trabajó en muchos otros géneros (biografías, comedias románticas, dramas policíacos, etc.).

La diligencia

Aunque parezca extraño, en 1939 el género del western estaba bastante infravalorado y declarado "pasado de moda". Gracias a esta película, el maestro Ford consiguió resucitarlo y ponerlo de nuevo en las más altas cotas de la calidad artística y la aceptación popular. Así, en "Stagecoach" no sólo comienza un épico viaje de un grupo de personas por el Monument Valley. También la más gloriosa etapa de un género que, recién reinventado, avanzará al galope por el valle del séptimo arte bajo las riendas del mejor director que jamás ha existido y de un tal John Wayne... ambos directos a la leyenda.








TÍTULO ORIGINAL Stagecoach
AÑO 1939


PAÍS
DIRECTOR John Ford
GUIÓN Dudley Nichols (Historia: Ernest Haycox)
MÚSICA Varios (canciones populares americanas siglo XIX)
FOTOGRAFÍA Bert Glennon (B&W)
REPARTO John Wayne, Claire Trevor, Thomas Mitchell, Andy Devine, George Bancroft, Donald Meek, Louise Platt, John Carradine, Berton Churchill
PRODUCTORA United Artists
PREMIOS 1939: 2 Oscars: Mejor Actor de Reparto (Thomas Mitchell), bso (adaptada). 7 nominaciones
GÉNERO Western
SINOPSIS Personajes muy variopintos emprenden un largo, duro y peligroso viaje en diligencia. Entre ellos, un fuera de la ley en busca de venganza, una prostituta a la que han echado del pueblo, un jugador, un médico, la mujer embarazada de un militar, un sheriff. Las relaciones entre ellos serán difíciles y tensas. Además, durante el viaje, tendrán que afrontar el ataque de una partida de indios apaches. 

Scarlett Johansson protagonizará la primera película de Gordon-Levitt



Joseph Gordon-Levitt ha decidido rodearse de los mejores para asegurar su debut como director. El actor de 'Origen' y '500 días juntos' ha escogido a Scarlett Johansson como coprotagonista de su film, que se empezará a rodar el próximo 16 de abril.





Así, Johansson será la partenaire de Gordon-Levitt en una comedia "sexy" que se centrará en un "Don Juan moderno que sólo piensa en su pene". Así es como define Deadline la propuesta de este director novel.



Según la misma publicación, Gordon- Levitt se ha reservado para él mismo el papel de conquistador, mientras que Johansson sería una de las jóvenes a las que el chico robará el corazón.



El intérprete de 'Origen' también habló de sus tablas detrás de las cámaras. "He estado haciendo cortos durante mucho tiempo. He dirigido una tonelada de ellos, y por eso me siento seguro lanzándome a este proyecto".

Ahora que el actor ha conseguido financiación y una estrella protagonista para su debut, sólo piensa en cómo compaginará su labor tras las cámaras con el rodaje de 'Django Unchained', la próxima de Tarantino.



"Será un rodaje complicado en horarios, pero fui honesto desde el primer momento con Tarantino y él fue muy amable". Según Gordon- Levitt, el director de 'Pulp Fiction' le dijo que "era el tipo de chico" al que le "gustaría dirigir", así que él se lo tomó "como una "gran alabanza" y decidió seguir hacia delante.



El debut tras las cámaras del protagonista de '500 días juntos' se produce en un año en el que tiene además otros muchos proyectos pendientes de estreno, eso sí, como actor únicamente. 'Lincon', 'Looper', ' Premium Rush' y el plato fuerte de la lista, un papel destacado en 'El caballero oscuro: La leyenda renace'.



Gordon- Levitt saltó a la fama tras convertirse en un niño actor protagonista de una de las series más famosas de los 90: 'Cosas de marcianos'. Después, se convirtió en una cara recurrente de las carpetas adolescentes al protagonizar junto a Heath Ledger '10 razones para odiarte'.

sábado, 11 de febrero de 2012

Scarlett Johansson

Scarlett Ingrid. Johansson (Nueva York, Estados Unidos, 22 de noviembre de 1984) es una actriz de cine y cantante, con ciudadanía estadounidense y danesa. Alcanzó la fama con su papel en la película The Horse Whisperer y posteriormente obtuvo la aclamación por parte de los críticos de cine debido a su participación en Ghost World. Asimismo, fue acreedora a un premio BAFTA y fue nominada en los Globos de Oro por su actuación en Lost in Translation y Girl with a Pearl Earring en 2003. El 20 de mayo de 2008, debutó como vocalista en su primer álbum musical titulado Anywhere I Lay My Head, el cual contiene varias versiones de canciones del compositor y cantante Tom Waits.

Johansson nació en la ciudad de Nueva York el 22 de noviembre de 1984. Su padre, Karsten Johannson es oriundo de Dinamarca y arquitecto de profesión, y su madre Melanie Sloan es productora de cine y proviene de una familia de origen askenazí del condado neoyorquino del Bronx. Su abuelo paterno, Ejner Johansson fue guionista y director cinematográfico. Johansson tiene doble ciudadanía, la estadounidense y la danesa. Sus padres se conocieron en Dinamarca, cuando su progenitora vivía con su abuela Dorothy, quien era bibliotecaria y profesora de una escuela en ese país. La actriz tiene una hermana mayor llamada Vanessa, quien también es actriz, un hermano llamado Adrian, un hermano mellizo conocido como Hunter, quien también es actor, y un hermanastro del segundo matrimonio de su padre llamado Christian.





Desde su niñez se preparó para ser actriz y para ello estudió primero en el Professional's Children School de Manhattan y cuando fue un poco mayor en el prestigioso Lee Strasberg Theatre Institute.

Después de haberse presentado a varios castings para anuncios de televisión, Scarlett debutó en el teatro a los ocho años. A partir de ahí, consiguió varios papeles cinematográficos de personajes secundarios hasta alcanzar su primer rol protagónico como Amanda en Manny & Lo de Lisa Krueger.

Scarlett no fue una estrella infantil como los demás niños prodigio de Hollywood. Uno de sus primeros papeles determinantes fue interpretar a Kate Armstrong, la hija de Sean Connery en una película de acción y suspense, Causa justa de Arne Glimcher, pero no tuvo mucho éxito. Aunque continuó su carrera cinematográfica, no volvió a conseguir un papel destacado hasta cuatro años después. El actor y director Robert Redford la eligió para el papel de Grace MacLean, una niña que se queda discapacitada tras caerse de un caballo en El hombre que susurraba a los caballos. Fue en ese momento cuando Scarlett Johansson dejó la adolescencia a un lado y se convirtió en una actriz más madura capaz de interpretar variados papeles.

En 2001 representó un papel de reparto en El hombre que nunca estuvo allí de los hermanos Coen, su personaje, "Birdy", una pianista amiga del protagonista (Billy Bob Thornton). Ese mismo año coprotagonizó Ghost World, junto a Thora Birch y Steve Buscemi, una exitosa comedia dramática que terminaría siendo considerada de culto para muchos. Y sobre la que ella y su personaje dijo: «Rebbeca es una chica realmente inteligente, y un poco diferente al resto (...) Esta no es una típica película de adolescentes».

Es en el año 2003, cuando Scarlett obtuvo proyección internacional y empezó a ser reconocida en los medios de comunicación. En La joven de la perla de Peter Webber, basada en la novela de Tracy Chavalier que trata sobre un famoso cuadro de Johannes Vermeer, su interpretación de Griet fue aclamada por la crítica. Este film fue su interpretación más exitosa hasta ese momento, pero al estrenarse Lost in Translation de Sofia Coppola, volvió a llamar la atención de la crítica con su papel de Charlotte. Se trataba de un filme independiente, protagonizado junto a Bill Murray, y que recibió cuatro nominaciones a los premios Óscar de la Academia de Artes Cinematográficas de Estados Unidos. Otro éxito como actriz se lo proporcionó Match Point de Woody Allen, donde interpreta a la hermosa Nola Rice, papel por el que fue nominada a mejor actriz secundaria en los Globos de Oro de 2006, premio que finalmente se llevó Rachel Weisz, por su papel de Tessa Quayle en El jardinero fiel de Fernando Meirelles. En 2006 trabajó con Brian de Palma en La Dalia Negra, adaptación de la famosa novela de James Ellroy, y ha vuelto a trabajar con Woody Allen en sus dos últimas películas; la comedia Scoop y en Vicky Cristina Barcelona, donde compartió protagonismo con los españoles Javier Bardem y Penélope Cruz.
Desde entonces, Johansson ha mantenido un ritmo constante de trabajo tanto en el cine como modelo de anuncios publicitarios.

Johansson pertenece al grupo de actores contrarios a la política de Bush como por ejemplo: Susan Sarandon, Tim Robbins, Sean Penn, Richard Gere, Angelina Jolie, George Clooney, Charlize Theron, Rachel Weisz, Woody Harrelson, Tommy Lee Jones, Marisa Tomei, Diane Kruger o Cameron Díaz, entre otros.


Lost in translation. Bill Murray: Eres grande

La película es una co-producción entre Japón y Estados Unidos que toma como locación Japón. Tiene en el reparto a Bill Murray como Bob Harris y Scarlett Johansson como Charlotte.


La película nos cuenta dos historias en paralelo la de Bob Harris, un actor de cine que está en Japón filmando un comercial y que llegó a una etapa de su vida y su matrimonio en donde se siente estancado, y la de Charlotte, una joven que tiene dos años de casada con su esposo fotógrafo al que acompañó a Japón por trabajo y treminó estando sola una semana en el hotel y cuestionándose que hará de su via. Poco a poco ambas historias se entrelazan al momento en que ambos se encuentran y empiezan una amistad pasajera durante la estancia de ambos en Japón. Esa pequeña relación que surge entre ambos los ayuda, tanto a darse cuenta que la vida no es tan mala como a seguir adelante con sus planes y realmente hacen que el otro tenga un mejor viaje del que parecía que tendría.
Es una película muy completa y la dirección es impecable, no abusan de los diálogos para causar situaciones sino que logran que las imágenes hablan por sí mismas y ambas actuaciones complementan para que sea un buen film,  la fotografía me gusta ya que no sólo está enfocada en los personajes sino en toda la locación y crea ambientes en base a lugares (cosa que de los 2000′s, para acá ya muy pocos hacen). El soundtrack es bastante variado y en lugar de centrarse en una temática como en la mayoría de los filmes cada canción está conectada con el momento en el que hace aparición en el filme, desde las escenas de karaoke hasta el score.



Es bastante emotiva pero no deja pasar lo momentos cómicos que tenía que agregar Bill Murray y realmente logra demostrar que es un actor totalmente completo y no sólo un cómico como solían encasillarlo, es un filme que recomiendo bastante y que trata bastante bien ese momento al que todos llegamos en el que simple y sencillamente no entendemos qué es lo que está pasando en nuestras vidas.


Cuando Harry encontró a Sally

La comedia americana de los ochenta (con permiso de Woody Allen) tuvo aquí su mejor y más entrañable exponente. Meg Ryan y Billy Cristal se embarcan en una relación que les llevará por diferentes etapas a través de los años en este encantador film sobre la amistad, la guerra de sexos y la vida misma. La química entre los dos protagonistas no ha sido superada por comedia conocida desde la fecha, y el famoso gag del orgasmo ni tan siquiera es lo mejor de un brillantísimo guión de una comedia imprescindible.

 edia romántica dramática realizada por el actor, escritor, productor y director Bob Reiner (NY 1947). El guión es de Nora Ephron y se inspira en hechos reales de la vida personal del realizador. Se rueda en escenarios naturales de Coney Island (Brooklyn), Chicago, Wilminton (L.A.), Manhattan y Giants Stadium (New Jersey) y en los platós de Hollywood Center Studios (Hollywood, L.A.) y de Silvercup Studios East (Queens), con un presupuesto de 16 millones USD. Es nominada a un Oscar (guión). Producida por Bob Reiner y Andrew Scheinman para Castelrock y Nelson Entertainment, se proyecta por primera vez en público el 12-VII-1989 (Canadá y EEUU). La acción dramática se inicia en Chicago, continúa en el trayecto por carretera entre Chicago y NY y se desarrolla en NY a lo largo de 11 años (1977-1988).

Los protagonistas son Harry Burns (Cristal) y Rally Albright (Ryan). Harry es desconfiado, vulnerable, ingenioso y un tanto neurótico. Le gusta discutir temas sobre cuestiones discutibles que no admiten respuestas únicas, sencillas y claras. Sally es atractiva, optimista, independiente, caprichosa, testaruda, batalladora, remilgada y presumida. Titulados por la Universidad de Chicago, Harry trabaja en una empresa de asesoramiento político y Sally es periodista (trabaja en “The News”). Sus amigos comunes son Marie (Fisher) y Jess (Kirby).

Se conocen por mediación de Amanda Riss (Nicastro), que los presenta tras su graduación en Chicago para que puedan compartir el viaje en coche de Chicago a NY. El viaje se convierte desde el inicio en un debate interminable entre las posiciones diferentes de los protagonistas sobre la amistad y el amor de pareja. Los diálogos permiten comparar y confrontar opiniones diferentes sobre el tema y, al propio tiempo, sobre otras cuestiones como las relaciones de amistad hombre-mujer, la lucha de sexos, los papeles de ambos sexos en la sociedad actual, los planteamientos diferentes sobre cuestiones de interés y competencia comunes, etc. La reflexión permite poner de manifiesto la gran variedad de formas que adoptan en la realidad de la vida el amor, la amistad en general, la amistad entre un hombre y una mujer y las relaciones de pareja.

La obra se apoya en un guión escrito con habilidad por Nora Ephron, que desarrolla unos diálogos bien construidos, intensos y fluidos, que se sitúan en el centro mismo del film. Las escenas que se suceden sorprenden a los personajes hablando en circunstancias diferentes, escenarios variados, situaciones emocionales diversas, etc. Siempre los encuentra ocupados en el debate, la discusión, disputas y rupturas circunstanciales.


El film puede definirse como una sucesión bien hilvanada de escenas de diálogos agudos, ocurrentes, alimentados por diferentes puntos de vista, que elogian la libertad, la pluralidad de opiniones, el análisis crítico de la realidad, la riqueza de matices de la vida humana, la belleza de la palabra y la emoción de debate que enfrenta ideas y combina afanes de reflexión e investigación. El humor y la ironía llenan de gracia y atractivo una acción que avanza a un ritmo ágil y estimulante. Algunas escenas humorística han pasado a formar parte de las más singulares y mejor recordadas del cine (escena del restaurante).

Por lo demás, se rinde homenaje al cine a través de películas románticas o con secuencias románticas memorables. Son objeto de referencias de distinta naturaleza “Casablanca” (Curtiz 1942), “Confidencias a medianoche” (Gordon 1959), “Manhattan” (Allen 1979), “Annie Hall” (Allen 1977) y otras. En varias ocasiones Reiner crea situaciones en las que deja constancia palpable de la admiración que siente por Woody Allen. Se citan actores y actrices como Bogart, Ingrid Bergman, Woody Allen y Charles Chaplin.

La banda sonora, de Marc Shaiman, ambienta la acción con cortes de temas de los años 30 y 40, canciones espléndidas a cargo de Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Duke Ellington y otros. El tema principal viene dado por “It Had To Be You” a cargo de Frank Sinatra y de Harry Connick Jr. Añade solos de piano que aportan pinceladas de coloristas resonancias románticas. La fotografía, de Barry Sonnenfeld (“Muerte entre las flores", Coen, 1990), crea imágenes que realzan el humor visual, compone movimientos de cámara envolventes y ofrece escenas simultáneas, en ocasiones a pantalla partida, destinadas a yuxtaponer visualmente las propuestas enfrentadas de los dos protagonistas. No faltan escenas exteriores nocturnas que describen situaciones dramáticas de soledad y tristeza. Se trata de una obra notable, divertida y entretenida. Es la comedia americana de los 80 más conocida y recordada.

Meg Ryan

Por más que lo intente, y aunque no estíes de acuerdo, no puedo dejar de pensar en la pizpireta chica nacida en Fairfield (Connecticut, Estados Unidos) el 19 de noviembre de 1961 estudió periodismo en la Universidad de Nueva York. Pero lo suyo era la actuación, ámbito profesional en el que debutó en 1981 gracias a 'Ricas y famosas', una película de George Cukor cuyo reparto encabezaban Jacqueline Bisset y Candice Bergen. Pasó por diferentes series de televisión, pero la que probablemente sea su primera aparición notable fue la de 'Top Gun', un filme de Tony Scott protagonizado por Tom Cruise y que aún hoy sigue siendo su cinta más taquillera.
 
Aunque la que verdaderamente selló su destino fue 'Cuando Harry encontró a Sally'. La película de Rob Reiner presentaba a dos jóvenes con opiniones muy dispares sobre la amistad y el amor cuya atracción va intensificándose a medida que pasa el tiempo. La extraordinaria química entre Meg Ryan y Billy Crystal la convirtió en un auténtico éxito. Aunque lo que más se recuerda es la escena en la que Ryan simula un orgasmo ante la asombrada mirada de Crystal. Un corte que testimoniaba las impresionantes dotes cómicas de esta actriz que se labraría una gloriosa carrera dando vida a mujeres empeñadas en lograr el amor por muchas lágrimas que tuvieran que derramar en el camino.
 
Así ocurría en 'Algo para recordar' (Nora Ephron, 1993), donde protagonizaría otra de las escenas más románticas de la historia del cine, esa en la que se encuentra con un lacerado Tom Hanks en el Empire State Building. Era su segundo trabajo con el oscarizado protagonista de 'Philadelphia'. Ya habían coincidido en 'Joe contra el volcán' (John Patrick Shanley, 1990) y aún habrían de hacerlo una vez más, en 'Tienes un e-mail' (Nora Ephron, 1998), conformando una de las parejas preferidas por el público que gusta de una buena historia lacrimógena con final feliz.
 
Los años noventa estuvieron plagados de intervenciones en películas de ese estilo. 'Cuando un hombre ama a una mujer' (Luis Mandoki, 1994) supuso quizás su principal reto interpretativo, con un personaje atormentado, esclavizado por el alcohol, y un marido, Andy Garcia, decidido a recuperar a la mujer que un día le robó el corazón y que se había sumido en una espiral autodestructiva. Más planas resultaron otras cintas como 'El genio del amor' (Fred Schepisi, 1994), 'French Kiss' (Lawrence Kasdan, 1995), 'Adictos al amor' (Griffin Dunne, 1997) o 'City of Angels' (Brad Silberling, 1998)
Con el cambio de siglo, Meg Ryan comenzó a dosificar más sus apariciones en la gran pantalla. 'Colgadas' (Diane Keaton, 2000), 'Kate & Leopold' (James Mangold, 2001) seguían dentro del guión que ella o más bien la industria habían escogido. Pero comenzaba a aflorar un deseo de desmarcarse del estereotipo de chica ideal que habían dibujado sus anteriores filmes. Así, Meg Ryan exploró papeles más arriesgados en cintas como 'Prueba de vida' (Taylor Hackford, 2000), 'En carne viva' (Jane Campion, 2003) o 'Contra las cuerdas' (Charles S. Dutton, 2004). Sus últimas películas -'Mi novio es un ladrón' (George Gallo, 2008), 'The Women' (Diane English, 2008) y 'Serious Moonlight' (Cheryl Hines, 2009)- no han funcionado demasiado bien. Meg Ryan parece haber perdido lo que en otro tiempo tuvo, una conexión infalible con el público, por lo que parece empeñada en reinventarse.
 
Si ella quisiese, yo no tengo ningún inconveniente en echarle un cable.