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viernes, 30 de septiembre de 2011

Maureen O'Hara


La Jane de Tarzán… buf... ¿Qué puedo decir de ella?


Bien, me voy a permitir hoy una licencia, como la de decir que supongo que a alguno le puso en su tiempo Weissmuller, y a otros, incluso, Chita,a mí en mi infancia la que me puso, lo confieso, fue Jane.


Es algo que está ahí latente, escuchar el TAM TAM, ver la jungla en blanco y negro, y soñar con ella con ojos inocentes son cosas que van intrínsecas.


¿O no eran tan inocentes? Puede que no y que con ella se disparese por primera vez mi imaginación. Lo siento, lo tenía que poner. Es el consejo que el siquiatra de Woody Allen me ha dado para superar el trauma infantil. Aún puedo...

Deborah Kerr



Un día tal como el de hoy, nació la actriz británica Deborah Kerr, que participó en películas como "Tres vidas errantes", "Divorcio a la americana", "Mujer sin pasado", "Casino Royale", "El ojo del diablo" y "El compromiso".


Su verdadero nombre era el de Deborah Jane Kerr-Trimmer.


Nació en Helensburg, un pequeña población escocesa, el 30 de septiembre de 1921. Su padre era un militar que sufría las consecuencias de las heridas ocasionadas durante la Primera Guerra Mundial. Siendo una joven tímida, descubrió la interpretación como un medio para expresarse. Su tía, que era profesora de actuación, le consiguió algunos papeles en obras teatrales mientras era aún adolescente.


Durante una de estas interpretaciones Kerr fue descubierta por un productor de cine británico, quien la contrató para dos películas en 1941 (una de ellas el clásico de Gabriel Pascal Mayor Barbara junto a Rex Harrison, sobre la obra teatral de George Bernard Shaw). Kerr tuvo éxito y se convirtió rápidamente en una incipiente estrella del cine británico de la mano de la compañía cinematográfica Rank, interviniendo en títulos del calibre de Hatter's castle (1942, Lance Comfort), adaptación de una novela de A. J. Cronin, en compañía de James Mason, Robert Newton o Emlyn Williams; la célebre Coronel Blimp (1943, Michael Powell y Emeric Pressburger) junto a Anton Walbrook, considerada por la crítica como una de las diez mejores películas de la historia del cine británico; Separación peligrosa (1945, Alexander Korda) al lado de Robert Donat, I see a dark stranger (1946, Frank Launder) emparejada junto al notable actor Trevor Howard; o Narciso negro (1947, Michael Powell), en un cast completado por Jean Simmons, Flora Robson y Sabu.


Poco después, la Metro-Goldwyn-Mayer la contrata y Kerr se traslada a Hollywood donde comienza una exitosa etapa de imborrable recuerdo para todos los amantes del buen cine. Así, por citar algunos títulos, destacan If winter comes (1947, Victor Saville), interesante drama donde Kerr formaba parte de un cast que completan Walter Pidgeon, Angela Lansbury y Janet Leigh; The hucksters (1947, Jack Conway), thriller donde compartía protagonismo con Clark Gable, Adolphe Menjou y Ava Gardner; Edward, mi hijo (1949,[11] George Cukor) con Spencer Tracy; Las minas del rey Salomón (1950, Andrew Marton y Compton Bennett) compartiendo cartel con Stewart Granger y Richard Carlson; la célebre superproducción basada en la novela de Henryk Sienkiewicz Quo Vadis? (1951, Mervyn LeRoy) junto a Robert Taylor o la estupenda versión de El prisionero de Zenda que Richard Thorpe rodada en 1952 de nuevo con Stewart Granger y con James Mason y Jane Greer.


Kerr se sintió, no obstante, encasillada en cierto tipo de personajes femeninos un poco estereotipados, por lo que aceptó en 1953 trabajar para la Columbia en De aquí a la eternidad, encarnando a un personaje más libre e independiente -pese a estar casada con un mando del ejército y formar un avenido matrimonio-, y con una escena pasional y, para la época, bastante erótica con Burt Lancaster, que rozó el escándalo y con la que rompió su imagen de heroína virginal e ingenua. La película tuvo gran éxito por su guion (basado en la novela de James Jones), calidad artística y reparto (Frank Sinatra, Montgomery Clift, Donna Reed, Ernest Borgnine,...) y Kerr fue candidata al Oscar como mejor actriz principal.


A partir de entonces, la actriz empezó a demostrar su enorme talento para papeles dramáticos ricos en matices y con sugerentes implicaciones emocionales y/o psicológicas, aplicando la solidez adquirida en sus experiencias teatrales como base de un método que va abriéndose paso en su manera de interpretar para el cine. Alternó toda clase de papeles en películas tan destacadas como Julio César (1953, Joseph L. Mankiewicz) compartiendo cartel con Marlon Brando, James Mason, Greer Carson o Louis Calhern; Vivir un gran amor (1954, Edward Dmytryk) al lado de Van Johnson en una historia sobre una novela autobiográfica de Graham Greene, versionada en 1999 por Neil Jordan con todavía mayor fortuna en "El fin del romance"; El rey y yo (1956, Walter Lang) con Yul Brynner y Rita Moreno, también numerosas veces llevada a la pantalla (la más reconocida, en 1946 con Rex Harrison y Linda Darnell, y la última en 1999 con Jodie Foster); Té y simpatía (1957, Vincente Minnelli) junto a Leif Ericson y John Kerr en una comedia de alta sociedad sacada de una exitosa obra de teatro; Sólo Dios lo sabe (1957, John Huston), en una de sus mejores interpretaciones al lado de Robert Mitchum; la inolvidable Tú y yo (1957, Leo McCarey) en compañía de un Cary Grant inmenso, con el que formó una de las mejores parejas cinematográficas que se recuerdan; el exitoso drama de origen teatral Mesas separadas (1958, Delbert Mann) con Burt Lancaster, David Niven, Rita Hayworth y Wendy Hiller logrando un Oscar; Buenos días, tristeza (1958, Otto Preminger), sobre la famosísima novela de Françoise Sagan; y la excelente Días sin vida (1959, Henry King), donde la actriz realizó su última gran interpretación de los años 50 como esposa del escritor Francis Scott Fitzgerald (Gregory Peck).


Los más cinéfilos la vieron también en filmes de menor entidad pero donde la actriz salvaba sus papeles con elegancia, como Tempestad en Oriente (1951, Charles Vidor) con Charles Boyer y Alan Ladd; La esposa soñada (1953, Sidney Sheldon) al lado de Cary Grant y Walter Pidgeon; La reina virgen (1953, George Sidney), entre Charles Laughton, Jean Simmons y Stewart Granger; Los héroes también lloran (1956, George Seaton), en un reparto que completan William Holden y Thelma Ritter; o Rojo atardecer (1959, Anatole Litvak en medio de Anouk Aimée y Yul Brynner.

Los años 60 muestran que, pese a la calidad de sus interpretaciones y al éxito comercial de las películas en que interviene, los críticos y la academia de cine no parecen darse por enterados. Algunos de sus mejores trabajos aparecen en títulos de esta época tales como: Tres vidas errantes (1960, Fred Zinnemann), de nuevo con Robert Mitchum pero ahora en un soberbio drama de aventuras; Página en blanco (1960, Stanley Donen) en un duelo interpretativo con Cary Grant, Jean Simmons y Robert Mitchum; ¡Suspense! (1961, Jack Clayton) o la mejor versión de la célebre novela de Henry James Otra vuelta de tuerca, en el papel de madura institutriz en una mansión donde se esconde un oscuro secreto, junto al gran Michael Redgrave y Pamela Franklin; Sombras de sospecha (1961, Michael Anderson), acompañando a Gary Cooper en su última aparición en la pantalla; o La noche de la iguana (1964, John Huston), sobre la obra teatral de Tennessee Williams, con Richard Burton, Ava Gardner y Sue Lyon.

También destacan, en menor medida, obras como Mujer sin pasado (1964, Ronald Neame), con John Mills y su hija Hayley; El ojo del diablo (1966, J. Lee Thompson), la fallida superproducción paródica Casino Royale (1967, John Huston, Robert Parrish, Val Guest), Temerarios del aire (1969, John Frankenheimer), junto a Burt Lancaster y Gene Hackman; y El compromiso (1969, Elia Kazan) con Kirk Douglas, Faye Dunaway y Hume Cronyn, siendo este el año en que se retiró.

A lo largo de su carrera fue candidata seis veces al Oscar, pero no lo ganó en ninguna ocasión. Por ello, la Academia de Cine le concedió en 1994 un Oscar en reconocimiento a toda su carrera.
A mediados de los años 80, reapareció en la TV británica, con dos notables papeles en el telefilme Reunión en Fairborough (su último trabajo junto a Robert Mitchum) y en la recordada miniserie "A Woman of Substance" ("Toda una mujer"), basada en el Bestseller de 1979 escrito por Barbara Taylor Bradford que lleva el mismo nombre que narra la vida de Emma Harte.

Kerr estuvo casada por primera vez entre 1945 y 1959, y tuvo dos hijas de este matrimonio. Se volvió a casar en 1962 con el escritor y guionista de Hollywood Peter Viertel. Viertel fue autor del guion de La reina de África de John Huston así como de Cazador blanco, corazón negro de Clint Eastwood. El matrimonio vivió durante su última etapa en Suiza, aunque desde los años 70 solían pasar largas estancias en Marbella.

Murió el martes 16 de octubre de 2007 a los 86 años de edad en su casa de Suffolk, Inglaterra. Padecía la enfermedad de Parkinson desde hacía varios años. Su viudo Peter Viertel murió en Marbella apenas 22 días después.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Dorothy Lamour




Presencia glamourosa del cine estadounidense de los años 30 y 40, Dorothy Lamour, cuyo verdadero nombre era el de Mary Leta Dorothy Slaton.Nació el 10 de diciembre de 1914 en la ciuda de Nueva Orleans, estado de Louisiana, en el seno de una familia de clase media baja. A los 16 años de edad, Dorothy fue galardonada con el premio de belleza "Miss Nueva Orleans" y poco después comenzó una carrera en el mundo de la canción. Sus buenas habilidades vocales le llevaron a convertirse en la cantante de una serie de big-bands e incluso a tener un cierto éxito con un programa musical de radio emitido en la ciudad de Chicago. En 1935 se casaría con Herbie Kay, fundador de la Herbie Kay Band, en donde ella estaba trabajando como vocalista. Aunque ya había aparecido brevemente en el musical "Desfile de candilejas" (1933) de Lloyd Bacon, Dorothy consiguió asentarse en Hollywood tras firmar un contrato con los estudios Paramount y debutar en 1936 con la película "College Holiday" de Frank Tuttle. Dorothy había adoptado el apellido de Lamour recortando el de Lambour, apellido de su padrastro Clarence, con quien su madre se había casado tras divorciarse de su primer marido. Dirigida por William Thiele, en 1936 también protagonizaría "The Jungle Princess". Este exótico papel (aquí era una especie de Tarzán en femenino) sería repetido con asiduidad por la morena actriz a lo largo de su carrera. Otros títulos importantes en sus inicios como intérprete cinematográfica fueron "La furia del oro negro" (1937) de Rouben Mamoulian y "Huracán sobre la isla" (1937) de John Ford. En 1939 se divorciaría de Herbie Kay. La década de los 40 fue la más exitosa para Dorothy Lamour, en especial por su participación en la serie de comedias musicales comenzadas por "Road to...".

Estas películas, de gran éxito popular, estaban co-protagonizadas por Bing Crosby y Bob Hope. La primera sería "Ruta de Singapur" (1940), a la que seguirían títulos como "Ruta de Marruecos" (1941), "Camino de Río" (1947), "Camino de Bali" (1952) o "Dos frescos en órbita" (1962). Además de estas películas, Dorothy Lamour puede ser contemplada en films como "Donde nacen los héroes" (1945) de Irving Pichel o la comedia "Morena y peligrosa" (1947), dirigida por Elliott Nugent y co-protagonizada por Bob Hope, Peter Lorre y Lon Chaney Jr.

Tras protagonizar en los primeros años 50 algunos filmes (películas como "El mayor espectáculo del mundo" de Cecil B. De Mille), se retiraría durante una larga temporada del cine ocupandose en cuidar a su familia en Baltimore y en actuar en el teatro musical. la década de los 60 retornó a la pantalla grande durante unos años para intervenir en títulos como "La taberna del irlandés" (1963) de John Ford o "El club del pijama" (1964), una comedia playera dirigida por Don Weiss. En 1949, Dorothy se casaría con el ejecutivo de publicidad William Ross Howard III, con quien estaría felizmente casada hasta 1978, año en el cual su esposo fallecería.Ella nos dejaría el 21 de septiembre de 1996. Tenía 81 años.

El mayor espectáculo del mundo



TÍTULO ORIGINAL
The Greatest Show on Earth

AÑO 1952



GUIÓN
Fredric M. Frank, Barré Lyndon, Theodore St. John (Historia: Fredric M. Frank, Theodore St. John, Frank Cavett)

MÚSICA Victor Young, FOTOGRAFÍA George Barnes


PRODUCTORA
Paramount Pictures

PREMIOS
1952: 2 Oscar: Mejor película, argumento. 5 nominaciones

1952: Globo de Oro: Mejor película: Drama

SINOPSIS
Con el fin de conseguir una exitosa temporada, el empresario circense Brad Bramen, contrata al famoso trapecista Sebastián para emparejarlo con Holly, una de las trapecistas favoritas del público.


La película es fiel reflejo del título. De lo mejor de Cecil B.de Mille, el gran director de la espectacularidad. Fantástica ambientación, gran movimiento de masas, e incluso escenas espectaculares para la época, como la del accidente del tren. La historia es correctísima, y de la actuación de sus protagonistas no se puede objetar nada. Por desgracia el circo en la actualidad, en total declive, está muy lejos de la magia con la que se vivía en aquella época. Aunque de larga duración, se hace muy entretneida y no le sobra ni un minuto.


Cecil Blount DeMille un experto en construir películas de larga duración donde la espectacularidad no falta ni por un momento, aquí consigue con creces hacer un homenaje al mundo del circo y a su entorno.Me puse a resbuscar en la filmografía de este gran actor, Charlton Heston, que tristemente nos ha dejado apenas hace dos días, me puse a contemplar esta película, y he de decir que Heston cumple muy bien con su papel de obstinado, que le ayudó para sembrarse una pequeña reputación en Hollywood. Los demás actores también cumplen muy bien con su papel, en especial el gran James Stewart, que sorprendentemente encarna a un payaso muy peculiar...Como espectadores podemos ver a dos caras muy conocidas como son las de Bing Crosby y Bob Hope.La fotografía de George Barnes está muy avanzada para la época, y la música de Victor Young nos deja canciones agradables y populares. Lo que no me gustó mucho es ese toque "negro" cuando llegamos al final, aunque es necesario para conducirnos a ese final que lo dice todo, y es que todo sea por el mayor espectáculo del mundo.


Había una vez un cine… lleno de color, un mundo de ilusión, pleno de alegría y emoción...podría haber dicho la vieja canción de los payasos desgastada ya por las cuerdas vocales de tantos niños. Yo no lo recuerdo desde la nostalgia de haberlo vivido, se lo debo a las maravillas de nuestro tiempo, a la magia de Google, que con afán investigador me ha permitido re-recordarlo. Pero, como decía, había una vez un cine que atraía a gentes sencillas gracias a sus complejos representaciones, que entretenía con ensoñaciones bajo su inmensa lona azul a pueriles padres y a curtidos hijos, a parejas ancianas y jóvenes sin pareja, con sus clásicas escenas de riesgo (no por ello menos arriesgadas), sus clásicos gags físicos (no por ello más graciosos),…En conjunto, un interesante regreso al pasado con una (nueva) súper-producción con Cecille B. de guía, de jefe de pista de un espectáculo (porque, dónde está el autentico espectáculo ¿delante o detrás de las cámaras?) en el que nos muestra que, del mismo modo que en el circo, había una vez un cine en el que lo que importaba eran las historias, sencillas la mayoría de las veces aunque emocionantes, pero quizá todo ello demasiado clásico, inocente, para una época, la actual, que es difícil se sienta identificada con sus tramas… ¿quizá cuando salga para la play station?En esta película todo gira entorno a temas amorosos: clásicos argumentos con enredo, clásicas escenas de riesgo que llegan en el momento inoportuno y clásicos finales felices, perfectas escenas dramáticas prefabricadas made in Hollywood (sin duda ésta debe ser de esas películas a las que los críticos llaman clásicos).En definitiva un espectáculo quizá hoy día caduco que, como otras muchas cosas, encuentra su principal valor de cambio en la nostalgia.Con todo, éste clásico previsible sale ganando en la comparación con los actuales hits palomiteros desprovistos de (auténticas) emociones, las de las gentes sencillas y humildes.


Jayne Mansfield

Exuberante donde las haya (sus medidas aproximadas eran 102-56-89), la rubia Jayne Mansfield fue una de las estrellas femeninas más deslumbrantes de los años 50 y 60.


Jayne (de nombre auténtico Vera Jayne Palmer) nació el día 19 de Abril de 1933 en Bryn Mawr, Pennsylvania (Estados Unidos). De niña, tras la muerte de su padre, un adinerado abogado, y el segundo enlace matrimonial de su madre, se trasladó al estado de Texas, concretamente a la ciudad de Dallas, en donde participó en varias producciones teatrales universitarias mientras asistía a clases interpretativas en la Universidad de la localidad tejana.


Consciente de su impresionante físico y con la perspectiva de introducirse en Hollywood, Jayne Mansfield (apellido de su primer esposo, Paul Mansfield, un estudiante con el que se había fugado y casado en 1950) comenzó a concursar en certámenes de belleza que le ayudaran a dar el salto al mundo de la moda y el cine.Después de ganar varios concursos se mudó a los 21 años a California en donde retomó sus estudios de interpretación acudiendo a UCLA y trabajó como modelo para muchas revistas, entre ellas Playboy. Por esos momentos ya había tenido una hija con Paul Mansfield a la que llamaría Jayne Marie.


En 1955 debutó en el cine con diminutos papeles de rubia explosiva (a lo largo de su carrera siempre personificaría este tipo de personajes pero con mayor presencia) en títulos como "El blues de Pete Kelly" (1955), junto a Janet Leight y Peggy Lee, "La sirena de las aguas verdes" (1955), film dirigido por John Sturges que estaba co-protagonizado por Jane Russell, o "Hell on Frisco Bay" (1955), un título realizado por Frank Tuttle. Sus poderosos atributos hicieron de Jayne una figura de fácil explotación sexual por lo que su presencia cinematográfica en los siguientes años sería bastante mayor.Su primer papel importante fue acompañando a Dan Duryea en "The Burglar" (1956), película continuada con éxito con "Female Jungle" (1956) y "The Girl Can't Help It" (1956) de Frank Tashlin, una película en la que aparecían míticos personajes del rock'n'roll de la época como Gene Vincent, Little Richard o Fats Domino.En 1957 intervino en dos de sus mejores films, "Bésalas por mí" (1957), un título de Stanley Donen protagonizado por Cary Grant, y de nuevo bajo las órdenes de Tashlin en la comedia "Una mujer de cuidado" (1957), obra que ya había representado en Broadway en 1955. Al año siguiente se divorciaría de Paul Mansfield y contraería matrimonio con el húngaro Mickey Hargitay, Mr. Universo y actor ocasional que había aparecido con ella en "Una mujer de cuidado" con el cual aumentaría su prole con tres retoños más, dos niños y una niña. Mientras se dedicaba a su vida familiar Jayne estuvo alejada del cine hasta su retorno en 1959 bajo dirección de Raoul Walsh en "La rubia y el sheriff" (1959), una película menor al igual que "Too hot to handle" (1960), film dirigido por Terence Young.Estos títulos, que procuraban mostrar generosamente el espectacular físico de Mansfield, intentaban lanzar a la blonda protagonista como rival de Marilyn Monroe, pero lo cierto es que siempre fue apreciada en el campo cinematográfico como una Marilyn de segunda fila.Jayne prosiguió trabajando durante los años 60 en producciones muy mediocres que sólo tenían el objetivo de exhibir a la curvilínea actriz en películas casi todas con enfoque humorístico. Sus ocupaciones fuera de la pantalla sí que resultaron muy profusas, asistiendo a todo tipo de fiestas e invitaciones.Cuando volvía de una de ellas, en Louisiana, su coche chocó contra un camión en un accidente que resultó fatalmente mortal. Era el 29 de junio de 1967 y Jayne Mansfield perdía la vida cuando solamente contaba con 34 años. Anteriormente, en el año 1964, se había divorciado de Hargitay y casado ese mismo año con el director Matt Cimber, con el que tuvo otro hijo. Jayne y Matt, quien le había dirigido en su último y póstumo film "Single Room Furnished", terminarían separándose en 1966.Varios de sus descendientes se dedicarían al mundo del espectáculo. Jayne Marie sería modelo de la revista Playboy y Mariska Hargitay se dedicaría al cine ("Leaving Las Vegas").En 1980 se llevó su vida a la pequeña pantalla en un telefilme protagonizado por Loni Anderson en el papel de Jayne y Arnold Schwarzenegger como Mickey Hargitay.

LA MALDICIÓN DE JAYNE MANSFIELD


Si hubo una época dorada en las cumbres de Hollywood fueron los cincuenta, donde el glamour reinaba entre sus celebridades, todas muy bellas y con carreras que se iniciaban entre laureles de éxito. Sin embargo, como toda belleza tras una profunda contemplación, ese sueño dorado tenía un reverso oscuro y perverso. Son muchas las leyendas negras que se crearon en aquel momento en la industria del cine, algunas rocambolescas y otras son producto de enigmáticas muertes.

Si hablamos de erotismo e iconos sexuales de aquella época, Jane Mansfield es probablemente junto a Marilyn Monroe una rubia difícilmente de olvidar. Curiosamente, fue imitando a ésta como se dio a conocer. Jayne Mansfield (Vera Jayne Palmer antes de teñirse) nació en Pennsylvania y su vida estuvo marcada por la tragedia desde su inicio, su padre falleció cuando ella sólo tenía tres años y lo hizo curiosamente conduciendo, un ataque al corazón acompañado de su esposa y su dulce hija. Su madre no tardó en volverse a casar y se mudaron a Dallas (Texas), donde la joven comenzó a entrarle el gusanillo de la interpretación y comenzó a realizar cursos en la escuela. Sin embargo, fue una pasión que alternó con otra pasión más carnal. Jayne se casó con apenas 16 años y fue madre ese mismo año de un niño, lo cuál la separó un poco de su sueño por actuar. Fue cuatro años más tarde cuando la joven se muda a Los Angeles en busca de su sueño, seguida de su complaciente marido y su hijo pequeño.

Vestida con un look más que similar al de Marilyn Monroe, Jayne comienza a hacerse un nombre a través de ganar certámenes de belleza que, junto a sus clases de interpretación, hacen que la rubia explosiva vaya haciéndose con pequeños papeles. Se hizo un pequeño hueco en el género de la comedia pero su carrera no acababa de despegar del todo, los directores focalizaban todo su interés por ella en sus atributos físicos y hay quien cruelmente la calificaba como “la fotocopia vulgar de la Monroe”. No sólo su carrera se tambaleaba, también su matrimonio y al que le siguió una segunda boda con tres hijos más. Hasta el momento, Jayne Mansfield realizó mediocres films en los que resalta “Bésalas por mi” y “Una mujer de cuidado”, ambas en 1957.

La joven parecía no encontrar su sitio, las propuestas de películas eran cada vez peores y su vida sentimental había sido continuamente un vaivén de sentimientos y personas. Se cuenta que Jayne Mansfield cubría esa pena a base de asistir a todas las fiestas a las que Hollywood le abría las puertas, donde se pudo codear con grandes celebridades de la época y algunas amistades nada recomendables.

Fue en una de esas fiestas, donde la joven conoció a Antón LaVey, el Papa Negro de Hollywood y fundador de su satánica iglesia. Este oscuro personaje ya se había obsesionado antes con la rubia Marilyn Monroe y supo persuadirla hasta acabar conseguir compartir cama con ella. Tras la fatídica muerte de la rubia tentación, LeVey vio en Jayne Mansfield su perfecta sucesora.
Curiosamente, nuestra protagonista sentía una oscura fascinación por este enfermizo personaje que proclamaba su amor a Satán y su fama de poderoso mago. Anton LeVey le pidió a la joven que se vistiese igual que Marilyn, posara como ella y se desnudara de la misma manera y con la misma rapidez. Jayne fue tentada y lo hizo pese a que en aquel momento estaba iniciando una nueva relación.

Cuando el joven novio de Jayne, Sam Brody, se enteró de la vinculación de la actriz con la Iglesia de Satán entró en cólera y decidió presentarse en el despacho de LeVey, amenazándole que iba a romperle todos sus huesos si no dejaba de tener contacto con Jayne. LeVey, con su tenebrosa mirada, miró al joven y le maldijo, auguró una cercana muerte para él y su guapa Jayne Mansfield.

Tras aquella declarada maldición satánica por parte del Papa Negro, las desgracias se agolparon alrededor de la joven actriz. En un plazo de un escaso mes, a Jayne le robaron las joyas durante una visita a Japón, fue acusada de evasión de impuestos por el Gobierno de Venezuela, uno de sus hijos fue atacado por un león en un zoológico y poco después tuvo lugar el clímax de la terrible maldición, la fatídica noche en la que Jayne Mansfield perdió la vida a la temprana edad de 34 años. El 28 de junio de 1967, Matt Brody y Mansfield salían disparados por el parabrisas de su descapotable al tomar la curva cerrada de una enfangada carretera a más de 130.

Cuando Anton LeVey recibió la terrible noticia, acababa de recortar el anuncio del perfume Channel nº5 de su desaparecida amiga y se fijó que curiosamente en el reverso de dicha hoja aparecía una foto de la fallecida pareja tomada la noche anterior y que, al recortar el anuncio, las tijeras habían decapitado la cabeza de la joven de la misma manera que acababa de suceder. ¿Fue todo esto victima del cólera de un tenebroso Papa Negro?, ¿murió Jayne Mansfield a consecuencia de aquella maldición lanzada?

Lo tenebroso fue cuando la ambulancia llegó al lugar y no encontraron la cabeza de la joven.


Jayne siempre había sido amiga de las excentricidades y era famoso su caniche teñido de rosa. Cuando el animal fue el único que salió ileso, encontraron a aquel perro rosado con algo redondo con lo que distraerse
















Claudette Colbert

Extraordinaria actriz con una curiosa manía: siempre prefería aparecer en las escenas con su perfil izquierdo. Esta curiosa característica no le impidió convertirse en una de las grandes estrellas femeninas de las décadas de los años 30 y 40.

Lily Claudette Chauchoin nació el 13 de septiembre de 1903 en París (Francia), pero a los tres años se trasladó con su familia a los Estados Unidos, concretamente a la ciudad de Nueva York.




Creció sin dificultades económicas (ya que su padre era banquero) y encaminó sus estudios hacia la interpretación al matricularse tras su adolescencia en la Art Students League neoyorquina.

A comienzos de los años 20 Claudette cambió su verdadero apellido por el de Colbert y comenzó a aparecer en los escenarios de Broadway, logrando que los críticos teatrales de la Gran Manzana se deshicieran en alabanzas hacia sus actuaciones.


Esas grandes interpretaciones le llevaron a debutar en una película de un joven Frank Capra titulada "For the love of Mike" (1927). La película fue un fracaso y Claudette regresó al teatro.

Cuando estalló el crack del 29 y la economía mundial se vino abajo, las salas de teatro comenzaron a vaciarse, momento en que Claudette volvió a probar fortuna en el cine.
Esta vez sí tuvo más suerte y se convirtió en una estrella en la década de los 30.






Sus películas más importantes son "El signo de la cruz" (1932) de Cecil B. De Mille, "The man from yesterday" (1932) de Berthold Viertel, "Three Cornered Moon" (1933) de Elliott Nugent, "Cleopatra" (1934) de Cecil B. De Mille, "Imitación de la vida" (1934) de John M. Stahl, "Sucedió una noche" (1934) de Capra, "Bajo dos banderas" (1936) de Frank Lloyd, "La muchacha de Salem", también de Lloyd, "Corazones indomables" (1939) de John Ford y "Medianoche" (1939) de Mitchell Leisen.

Por "Sucedió una noche" recibió el Oscar a la mejor actriz. Más tarde fue nominada en dos ocasiones más: por "Mundos Privados" (1935) y por "Desde que te fuiste" (1944).







Claudette se casó en 1928 con el actor, director y guionista Norman Foster, del que terminó divorciándose en 1935.

Ese mismo año contrajo matrimonio con el doctor Joel Pressman, con quien convivió felizmente hasta la muerte del médico en 1968. Tras quedar viuda, Claudette nunca volvió a casarse.
Con Mitchell Leisen, con quien había filmado "Medianoche", volvió a coincidir en "Adelante, mi amor" (1940), "No hay tiempo para amar" (1943) y "Bodas blancas" (1944), comedias románticas muy estimables. En los últimos dos títulos aparecía como partenaire de Colbert el estupendo Fred MacMurray.

Otras películas interesantes de los años 40 protagonizadas por Claudette son la comedia "Un marido rico" (1942) de Preston Sturges, "Sangre en Filipinas" (1943) de Mark Sandrich, la citada "Desde que te fuiste" (1944) dirigida por John Cromwell, "Sucedió en el tren" (1946) de Mervyn LeRoy, "El huevo y yo" (1947) de Chester Erskine y "Pacto tenebroso" (1948) de Douglas Sirk.




La carrera cinematográfica de Claudette Colbert comenzó a declinar con la llegada de los años 50, decenio en el que sus trabajos cinematográficos comenzaron a reducirse, dedicándose principalmente a producciones de televisión y teatro.

En la década de los 50 participó en títulos como "Regresaron tres" (1950) de Jean Negulesco o "Tempestad en la cumbre" (1951) de Douglas Sirk.

En los años 60 se retiró del mundo del espectáculo para vivir cómodamente en sus casas de Nueva York y Barbados hasta su fallecimiento el día 30 de julio de 1996. Tenía 92 años.






The Gilded Lily



AÑO
1935

DIRECTOR
Wesley Ruggles

GUIÓN
Claude Binyon

MÚSICA
Sigmund Krumgold, Heinz Roemheld, Tom Satterfield

FOTOGRAFÍA
Victor Milner (B&W)



PRODUCTORA
Paramount Pictures

SINOPSIS
Al coger el mismo tren todas las mañanas, Marilyn y el periodista Peter Dawes han entablado una buena y larga amistad. Cuando la chica decide dar calabazas a un acaudalado caballero británico, Peter lo convierte en noticia, poniendo de relieve la integridad moral de su amiga que no se ha dejado seducir por la fortuna del pretendiente. Así, Marilyn se convierte en una celebridad que, desde entonces, eso conocida como "La chica del No". En cualquier caso, llega un momento en que tendrá que decidir a quién ama realmente.

Maureen O'Hara



Maureen Fitzsimmons, apellido real de Maureen O'Hara, nació el 17 de agosto de 1920 en Ranelagh (Irlanda).

Desde muy niña encaminó su vida profesional hacia lo que más le gustaba, la interpretación, interviniendo en programas de radio y teatros infantiles hasta que a mediados de los años 30 debutó profesionalmente en la escena con los Abbey Players, logrando iniciarse en el cine británico con "Kicking The Moon Around" (1938), un musical dirigido por Walter Forde. Más tarde apareció en "La Posada De Jamaica" (1939), un film dirigido por Alfred Hitchcock en el que Maureen compartía cartel con Charles Laughton. Este último quedó prendado de la belleza y las habilidades interpretativas de la joven pelirroja, a la que rebautizó como Maureen O’Hara.

Fue el propio Laughton el encargado de recomendarla a la RKO para rodar en Hollywood su primera película en tierras norteamericanas, “Esmeralda La Zíngara” (1939), una adaptación de “El jorobado de Notre Dame” de Victor Hugo que fue dirigida por William Dieterle. Charles Laughton interpretaba en esta película a Quasimodo.

Con sólo diecinueve años no pudo Maureen iniciar con mejor pie en Hollywood al recibir un notable reconocimiento popular y crítico gracias a su actuación.

Los años 40 y 50 establecieron a la actriz irlandesa como una de las principales estrellas cinematográficas del momento, destacando sus colaboraciones con el director John Ford, quien le emparejó en varias ocasiones con su amigo John Wayne constituyendo así una de las parejas más características del cine clásico.

“Qué Verde Era Mi Valle” (1941) de Ford, “El Cisne Negro” (1942), film de piratas dirigido por Henry King, “Diez Héroes De West Point” (1942) de Henry Hathaway, “Esta Tierra Es Mía” (1943), película de Jean Renoir en la que volvió a compartir créditos con Charles Laughton, “De Ilusión También Se Vive” (1947) de George Seaton, “Simbad El Marino” (1947) de Richard Wallace, o “Niñera Moderna” (1948), comedia doméstica dirigida por Walter Lang, fueron algunos de los títulos más importantes de la primera etapa de Maureen en Hollywood.
La colorista década de los años 50 resultó idónea para plasmar el sugerente look de la actriz, especialmente en su protagonismo de títulos de corte aventurero e histórico filmados en Technicolor.

Algunas de sus películas más populares fueron “Trípoli” (1950), cinta co-protagonizada por John Payne, “Los Hermanos Barbarroja” (1951) con Jeff Chandler, “Los Hijos De Los Mosqueteros” (1952), junto a Cornel Wilde, “La Ley Del Látigo” (1952), un film co-protagonizado por Peter Lawford, “Fuego Sobre África” (1954), junto a MacDonald Carey, “Lady Godiva” (1955) con George Nader, o “Santos El Magnífico” (1955), película de Boetticher en la que compartía protagonismo con Anthony Quinn.

En este decenio Maureen dio inicio a su asociación profesional con John Wayne, con el que coincidió en cinco títulos: “Río Grande” (1950), “El Hombre Tranquilo” (1952) y “Escrito Bajo El Sol” (1957) de John Ford, “McLintock” (1963) de Andrew V. McLaglen, y “El Gran Jack” (1971), un título dirigido por George Sherman.

A mediados de la década de los 60 Maureen decidió retirarse del cine. Regresó a la pantalla grande y a la televisión en los años 70 para intervenir en papeles secundarios de películas de escasa entidad.

Maureen O'Hara contrajo matrimonio en tres ocasiones. La primera a los 18 años con George Hanley Brown, del que se divorció a los 21. La segunda en 1941 con el director Will Price (quien la había dirigido en "Tripoli"), del que terminó divorciándose en 1953, y finalmente con el general de la aviación Charles F. Blair en 1968, del que quedó viuda en el año 1978.