La acción tiene lugar en Rusia (San Petesburgo y Moscú) en tiempos del zar Nicolás I (1825-1855). Narra la historia de Anna (Greta Garbo), casada en matrimonio de conveniencia con Alexei Karenin (Basil Rathbone), aristócrata y funcionario de alto rango. Tras conocer al conde Vronsky (Frederich March), se enamora de él. La película explica la conmoción que produce en el ánimo de Anna el súbito descubrimiento del amor y la pasión, ausentes hasta entonces de su vida. Por fidelidad a este amor sacrifica posición social, nivel económico, la compañía del hijo, el honor personal y el reconocimiento público. Asume una vida de marginación, cargada de grandes riesgos. El marido, encarnación de la crueldad, reacciona con ira incontenida: le niega el divorcio, las visitas al hijo y la humilla duramente. El torbellino de pasiones incluye la ingratitud del amante, el egoismo del hermano, la fría compasión de la cuñada, la añoranza del hijo, la coquetería de Kitty, etc. La película condena la doble moral y la hipocresía de la alta sociedad, el culto a las apariencias, el amor convenido por intereses ajenos a la pareja, la represión del amor sincero, la sujeción de la mujer al capricho del marido en la tramitación del divorcio. En suma, exalta el amor puro, sincero, desinteresado y dispuesto a los mayores sacrificios, pese a sus riesgos para la mujer. Son escenas destacadas la de la escalinata de la casa del marido, los ruegos a la cuñada para que perdone las debilidades del marido, la imagen del baile vista a través del arco del harpa.
La música combina melodías rusas tradicionales, mazurcas, canciones populares y acompañamientos de fondo de las escenas más emotivas. La fotografía aprovecha la extraordinaria fotogenia de la actriz para mostrar su belleza y atractivo personal. William Daniels, el fotógrafo habitual de Garbo, aportó una contribución decisiva para la exaltación de la actriz a mito del cine. Se sirve de una iluminación imaginativa y eficaz, de un vestuario espléndido y de una composición del dibujo de gran fuerza plástica. El guión contiene unos diálogos fluídos y equilibrados, elaborados por S.N. Behrman. La narración se desarrolla en un crescendo de inquietud, melancolía y tristeza, construído con gran sentido del ritmo. La interpretación de la protagonista destaca por la naturalidad, serenidad, aire distante y la mirada fría propia de las mujeres fuertes y atormentadas que encarnó en sus grandes papeles. Le acompaña un elenco brillante de secundarios de lujo. La dirección teje, con hilos de pasión y desventura, un relato emocionante e intensamente dramático.La película obtuvo un gran éxito y confirmó el estrellado de Greta Garbo.









La fotografía, de Sol Polito, se basa en una extraordinaria agilidad de la cámara, con encuadres picados y oblícuos, travellings, zooms y barridos, que resaltan la espectacularidad y el dinamismo de los números de baile y la dureza de los ensayos. Se beneficia de una iluminación magistral y de una coreografía magnífica, de diseño innovador, abstractizante y surrealista, de gran efectividad. Hace uso de bonitos juegos ópticos. El guión combina con coherenca las historias de varios personajes. La naturalidad de los mismos y su condición de personas sencillas hacen que el espectador se identifique con sus problemas y triunfos. En la interpretación descuella Warner Baxters, en un papel de director al borde de la extenuación y en situación límite. Son encomiables las intervenciones de Bebe Daniels, Ruby Keeler (en su debú en cine) y Ginger Rogers. Se dan algunas sobreactuaciones, impuestas por el guión. La dirección construye un musical delicioso, rítmico, que desborda optimismo y alegría.La película revitalizó y renovó el género musical, tras su abuso a raíz de la introducción del sonoro. Cosechó un gran éxito de público, que salvó a la Warner de la quiebra. El tiempo la ha convertido en un 








Protagonizada por Gene Tierney fue una de las presencias femeninas más fascinantes de la historia del Hollywood clásico.

