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lunes, 2 de mayo de 2011

Al servicio de las damas




My Man Godfrey (1936) es una alocada chica de alta sociedad, su hermana y sus ricos amigos, están jugando a un carroñero juego de caza en el que deben recoger todo tipo de desechos, incluyendo un vagabundo. En un lugar del East River, en el que viven varias víctimas de la depresión, encuentran a Godfrey. Este curioso personaje acompaña a las hermanas hasta la fiesta, donde ofrece un animado discruso acerca de la irreverencia del juego. Tras el discurso, el vagabundo acepta trabajar como mayordomo en la casa familiar. En realidad, Godfrey esconde un secreto sobre su pasado...


Una de las más ácidas, ingeniosas y brillantes sátiras de la alta sociedad jamás filmada. Un vagabundo es contratado por una joven para ser mayordomo en la lujosa mansión de su familia, situada en la elegante quinta avenida neoyorquina. Lo que sigue es una entretenida y exagerada parodia de la banalidad de la clase social adinerada, salpicada de magistrales gags dignos del mejor y más clásico teatro de variedades americano. Una "screwball" que encantaría a Groucho Marx.



DIRECTOR
Gregory La Cava
GUIÓN
Eric Hatch & Morrie Ryskind (Novela: Eric Hatch)
MÚSICA
Charles Previn
FOTOGRAFÍA
Ted Tetzlaff
REPARTO
William Powell, Carole Lombard, Gail Patrick, Alice Brady, Eugene Pallette, Alan Mowbray, Jean Dixon
PRODUCTORA
Universal Pictures
PREMIOS
1936: 6 nominaciones Oscar, incluyendo actor (Powell), actriz (Lombard), actor sec. (Auer)


Talento. Eso es lo que hay que tener para lograr que una película con más de 70 años de antigüedad siga siendo tan divertida como en su estreno. Una joya de la comedia screwball que mezcla sabiamente el disparate, la denuncia, el éxito y el fracaso para lograr una fragancia atemporal cuya fórmula otras comedias no han sabido hallar. A mi parecer, la clave de su frescura estriba en desarrollar la ironía y la personalidad peculiar de los personajes como el rasgo hilarante de la película y dejar el disparate como algo tangencial a la historia, al contrario de lo que sucede en otras comedias screwball (p.ej. "La fiera de mi niña") donde el gag y las situaciones disparatadas son las causantes de la carcajada y priman por encima de la actuación, lo que provoca que envejezcan peor.El peso de la película recae en un colosal William Powell (magnífico también en "La cena de los acusados") que interpreta a Godfrey Parke, un mordaz e ingenioso vagabundo ("forgotten man" es el cariñoso apelativo original) que renace de sus cenizas al ser rescatado del vertedero por un par de jóvenes burguesas, participantes de una alocada gymkana. La menor de las jóvenes, la infantil y romántica Irene Bullock (interpretada por la malograda Carole Lombard en uno de sus mejores papeles) se enamorará de la gentileza de Godfrey y lo convertirá en su "protegé", haciéndole sirviente en casa de los Bullock mientras la mayor, la bella pérfida y altiva Cornelia Bullock, tratará de hacerle la vida imposible. Es aquí donde comienza la galería de personajes estrambóticos: El padre campeón de lucha que paga los destrozos que provocan sus hijas cuando se emborrachan, la madre que ve duendes cuando se despierta, la siempre ácida e irónica criada que enseña a Godfrey trucos y Carlo, el protegido de la madre, un desternillante personaje que no para de comer mientras toca "Occi Ciorne" al piano y no puede oír hablar de dinero. Un cóctel de chalados que provoca las situaciones más disparatadas (robos de perlas, bodas instantáneas, un caballo en la biblioteca...) mientras el amable Godfrey se dedica en cuerpo y alma a servir a los Bullock observando, mientras paralelamente desarrolla otros talentos...Muy destacable también es la dirección de Gregory La Cava, pues gran parte de la película se desarrolla en interiores, y su labor hace que el ritmo y la hilaridad no decaigan ni un segundo. Si a la historia añadimos un toque de superación personal, unas pequeñas pinceladas de romanticismo y unas gotas de sabia reflexión, el resultado es el redondo guión de "My man Godfrey".Finalmente, recomendar encarecidamente su visión en versión original, puesto que esta es otra de las innumerables películas que tienen un doblaje lamentable. Una película fabulosa para disfrutar del buen cine.


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