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viernes, 22 de junio de 2012

El mundo está loco, loco, loco (I)

Stanley Kramer fue productor de más de una treintena de películas. Como director fue el epígono de eso que se conoció como cine con “mensaje”, género que dado el rumbo actual de este arte, está extinguido de nuestras pantallas. En esta delirante comedia combina estas dos facetas. Por un lado, como productor nos ofrece una película llena de “stars” de todas las décadas, desde el cine mudo (un cameo de Búster Keaton maravilloso; también está la espléndida Sazu Pitts, de “Avaricia”) hasta el reinante Jerry Lewis de los años 50/60 (¿Quién no iba a pagar el precio de una entrada por ver algo que la televisión aún no daba?). Por otro, como director nos ofrece una historia espléndida (por supuesto cargada de mensaje) en la que un grupo de automovilistas contemplan un grave accidente y emprenden una avariciosa carrera para conseguir un cuantioso botín que se haya escondido bajo una gran W.
“El mundo está loco, loco, loco” comienza entonces una carrera alocada en la que pasa revista a todo la tradición cómica del cine norteamericano, pero poniendo el acento en el aspecto meramente visual (en ocasiones parece una película de dibujos animados) y donde el slapstick, tan presente en el cine mudo, alcanza aquí cimas soberbias hasta la traca final, donde las carcajadas acompañan esos cinco minutos finales llenos de una sabiduría cómica inigualable.
La habilidad de Kramer está en ofrecer dos horas maravillosas de pura e inteligente diversión. Pese a ser una película coral, los personajes están dibujados al milímetro en toda la evolución que padecen tras sacar a pasear a la avaricia. Está virtud no sólo la consigue con los protagonista, sino también con aquellos de paso más fugaz. Destacar una actuación es difícil. De los muchos méritos que tiene esta película es haber conseguido un reparto tan magistral y ajustado para cada uno de los personajes. Sin embargo, yo destacaría a Ethel Merman, aquí realizando el papel de una suegra tan tiránica que no te sorprendería verla encima de los lomos de una escoba.
En resumen, una comedia frenética e hilarante, con una visión de la especie humana hasta cierto punto pesimista, pero que jamás volverá a ser mostrada con tanta gracia. Recientemente hicieron un remake (“Ratas a la carrera”) que viene a demostrar que la genialidad no está igual de repartida en Hollywood.


TÍTULO ORIGINAL It's a Mad, Mad, Mad, Mad World
AÑO 1963




DIRECTOR Stanley Kramer
GUIÓN William Rose, Tania Rose
MÚSICA Ernest Gold
FOTOGRAFÍA Ernest Laszlo
REPARTO Spencer Tracy, Mickey Rooney, Milton Berle, Sid Caesar, Buddy Hackett, Ethel Merman, Dick Shawn, Phil Silvers, Terry-Thomas, Jonathan Winters, Edie Adams, Dorothy Provine, Buster Keaton, Joe E. Brown, William Demarest, Andy Devine, Peter Falk, Edward Ever
PRODUCTORA United Artists
PREMIOS 1963: Oscar: Mejores efectos de sonido. 6 nominaciones


SINOPSIS Varios automovilistas conducen por un agreste paisaje del sur de California. De pronto, un coche les adelanta a gran velocidad y, al tomar una curva, se precipita por un barranco. Los automovilistas intentan ayudar al conductor del vehículo siniestrado, el cual, antes de morir, les confiesa que tiene escondido un botín de trescientos mil dólares en el parque de Santa Rosita.

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