Mi memoria necesitaría ser más fresca, pero son tantos los sucesos, han sido tantas las historias que a veces no sé si recuerdo lo vivido o revivo lo que soñé en una pesadilla. Me pierdo en el tiempo, entro en esa nebulosa en la que si bien sé que estuve unido a estas imágenes, hay pasajes de mi vida que parecen más antiguos que yo mismo. Recuerdo, sí, cuando creí que me despedía, vencido, con la parca pisándome los talones; y recuerdo el pesar de perder, sobvre todo, la vida, mi territorio.
Por eso, después de aquella batalla por sobrevivir, no olvidaré el asombro de unas palabras que me hablaron, ya tranquilo, lejos de los campos de algodón de las camas de hospital, para recordarme la fertilidad de mis palabras. Y a mí mismo, claro.
Memoria de mí. Sueños imprecisos...
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