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martes, 8 de febrero de 2011

Un Cuento



. Dirección y guión: David Lynch Producción: Fred Caruso para De Laurentiis Entertainment Group A David Lynch yo lo conocía única y exclusivamente por haber llevado a la gran pantalla la novela de Frank Herbert Dune. Y también por ser el marido de .Isabella Rosellini- El otro día, viendo un documental sobre Dino de Laurentiis (el productor de Dune), éste hablaba largo y tendido sobre David Lynch, y reconocía que tras el error de cortar su película Dune, le dejó hacer lo que le diese la gana con Terciopelo azul, y por eso salió una película tan buena. Así que me picó la curiosidad, sobre todo porque Kyle MacLachaln (que ya había sido Paul Atreides) tambien era protagonista de esta película. Terciopelo azul ¿Y qué nos encontramos en esta película de Lynch? Pues de todo, la verdad, pero sobre todo calidad, saber hacer y una historia muy bien contada. Lynch nos presenta un pueblecito tranquilo, de casas unifamiliares, con niños cruzando seguros la carretera, con jardines de vallas blancas y con rosas rojas y amarillas. Los bomberos saludan al pasar en sus inmaculados camiones, que parecen no haber sido utilizados nunca para apagar un fuego, y los hombres riegan el jardín mientras sus señoras preparan el almuerzo y una suave melodía suena en la radio. Es la América idílica, pero tras esa ilusión de perfección y felicidad, todo está a punto de estallar. Películas como Pleasantville o American Baeuty repetirían, una década después, ese mundo plácido y dulce que de repente se quiebra. En la historia, el detonante de todo es el señor Beaumont, que sufre un ataque y es hospitalizado. A partir de ahí, las casualidades se van a ir sucediendo. Su hijo Jeffrey tiene que volver de la univesidad para ocuparse del pequeño negocio de su padre. En uno de sus paseos, Jeffrey va a descubrir la oreja cortada de un hombre. Tras informar a un inspector de policía amigo de su padre, la trama se dispara. Jeffrey y Sandy, la hija del inspector, empiezan a investigar lo sucedido y a involucrarse en un mundo miserable (que representa Dennis Hopper como Frank) y a la vez sensual y misterioso (de la mano de Isabella Rossellini como la cantante Dorothy). Terciopelo azul Desde el mismo comiezo de la película, Lynch nos desborda los sentidos. Las escenas están muy bien construidas, y la música se hace imprescindible para transmitirnos lo que está ocurriendo. Lo bizarre, lo extremo, se introduce de inmediato en la película. La mezcla del placer y del dolor, la humillación física, el deseo sexual... todo ello se nos va mostrando, y va haciendo mella en nosotros. Y es que Lynch sabe cómo hacer que el espectador reaccione, que no se distancie de la película, sino que se introduzca dentro y se sobresalte o se sienta seducido a la par que lo hacen los personajes. Destaca sin duda Kyle MacLachaln en su papel de Jeffrey Beaumont, que nos hace sentirnos identificados con su personaje, consiguiendo que el protagonista no sea un superdetective a lo Bruce Willis, sino una persona corriente, con una forma de ver el mundo muy similar a la que tú y yo podemos tener. Terciopelo azul Y cuando uno ya creía que la película era simplemente genial, Lynch nos la juega y nos demuestra que por interesante que sean la trama y la investigación, no todos son partícipes y la vida sigue adelante: Sandy Williams soñando con el amor verdadero que la salve del tedio del pueblo ("El amor puede solucionarlo todo"), su ex-novio con un ataque de celos, o la tía de Jeffrey viendo siempre películas de misterio y metiéndose en lo que no le importa. Terciopelo azul tiene un final soberbio, no tanto por los diálogos o los descubrimientos que se puedan hacer, sino por la sensación de "regreso a lo cotidiano". Un final que es la guinda para una película que en 1986 fue rompedora, provocadora, y eso sin llegar a mostrar realmente momentos de violencia extrema, ni tiroteos, ni sangrías. Es una película que pide mucho al espectador, pero que recompensa con creces. Pero ante todo, a pesar de lo extrañas que nos llegan a parecer algunas situaciones, es una peícula realista. Con diálogos, sentimientos y personajes que todos hemos dicho experimentado o conocido alguna vez, aunque quizá de forma no tan extrema. Ante todo, un gustazo de película.








SINOPSIS:

En Lumberton, un idílico pueblo norteamericano, Jeffrey (MacLachlan) encuentra una oreja cortada en un descampado. Este hallazgo estimulará su curiosidad, llevándole a convertirse en un detective furtivo ayudado por su amiga Sandy (Dern). Ambos descubren la penosa situación de una cantante de nightclub, Dorothy Vallens (Rossellini), extorsionada por un psicópata (Hopper). La inmersión de Jeffrey en los puntos más oscuros de este misterio y su oscilante relación con Vallens lo sacará del familiar ambiente diurno en que siempre ha vivido para hacerle conocer el lado más sombrío de cualquier paraíso cotidiano.

Un cuento




Hay veces que suceden cosas como en los cuentos que suelen ser dramas con finales felices. Erase que se era, una chica que le gustaba contemplar colores, colores que les salte a los ojos como una mirada mágica y llevarse en sus pupilas ese color. Y como era muy generosa lo comparte con otra amiga, era tan bonito ese color que no quería verlo sola y comparte con ella esa explosión agresiva que no te deja indiferente. Esos colores están en forma de pintura, de cuadro del que sobresale esos tonos, Y viendo las dos ese precioso cuadro se acuerda de otra amiga que pinta en sus ratos libres. Y le hacen partícipe de esa maravilla, vamos a llamarla Sofía, ella lo ve y quiere copiarlo, quiere tenerlo para ella, y empieza a manejar esos impactos visuales que no les acaba de salir como a ella le gustaría. Sus dos amigas que eran Hadas, y se llamaban Violeta y Azucena, viendo todo su afán, se lo dijeron al príncipe de Sofía, y él sin decir nada se puso a buscar los matices y colores con las formas, pero tampoco ese cuadro se dejaba atrapar, tenía vida y no se iba con nadie que él no quisiera. Nuestras inquietas hadas sacaron su varita de estrellitas, de muchas estrellitas, y al fin uniendo sus magicos deseos encuentran ese cuadro y ante la luz de las estrellas si quiere irse con el apuesto príncipe. Todos contentos, por fin se dijeron los tres, mientras Sofía no sabía nada y seguia pintando, pero no era como ella quería, y siguieron las hadas Violeta y Azucena con el Príncipe Dario pensando en la sorpresa cuando lo viera solo para ella porque el cuadro la había escojido, pero no aparecía, y Darío estaba nervioso, y llamó a Violeta, y se lo dijo, Azucena sacó sus polvos magícos que siempre llevaba metidos en una preciosa cruz de piedras preciosas y lo esparció mientras Violeta bostezando imploraba sus dotes majicas, no nos falles decia. .... Pasando el tiempo el Principe Dario coio su caballo alado blanco y fue al lugar donde su amada tenía el regalo más preciado para ella, pero al llegar Darío lo vio de una forma enorme, claro el quería irse pero con solemnidad, presentó su mejor cara y haciendo un guiño le dijo, "LLévame" . Y así lo hizo, por el camino había una tormenta y Darío seguia corriendo, hasta que a su caballo, llamado Nieve se cansó, esperaron en el camino se cobijaron en una gruta, Violeta y Azucena no paraban de dar vueltas y repetir, por las alas del Aecangel Gabriel, haz que Dar´´io esté bien. Y como no podia ser de otra manera, Sofía ajena a cuantos luchaban por su felicidad intentaba lo que no podía ser. El tiempo se calmó y Darío vió alejarse un Cometa, pensó, Los Reyes Magos ya se están marchando hacia Oriente, debo apresurarme, y así lo hizo, y llegó contento, sin cansancio, y con una sonrisa de Felicidad que Ofelia no entendia, le dijo: estoy preocupada , los Reyes ya se han ido y temía por ti, detras de una ventanita las dos hadas Violeta y Azucena miraban y sonreían felices. Y de Pronto !!!ZAS!!!, los colores, los tonos la pintura hecha cuadro se desplegó ante los atónitos ojos de Sofia que no daba crédito a lo que veía, y pensó , hay gente maravillosa en este mundo,. Y yo que soy la hada de las Hadas y dejaba hacer vi que todo estaba bien, y en la alegría de la alegría me uní al final en un baile con Violeta, Azucena las hadas somos rubias, y vestimos de azul claro aunque también de blanco y zapatos dorados, nuestras pequeñas alas nos hacen correr más, y manteniendo el ritmo danzamos con Darío y una asombrada Sofía que a veces reía y a veces lloraba, y así despacito, nos marchamos, dejando a los dos con su tesoro. Nos toca ir a por otros, porque nunca descansamos si se trata de hacer feliz a alguien.

2 comentarios:

  1. Los Museos del Prado y del Ermitage firman un acuerdo de intercambio de exposiciones - La primera muestra enfrentará en Rusia a Velázquez y Goya con otros artistas europeos .

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  2. Ree Dolly, de 17 años, decide buscar a su padre después de que este ofrezca la casa familiar como garantía para la fianza que le permitirá salir de la cárcel y desaparecer sin dejar rastro. Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio de sus parientes con tal de salvar a su familia. Poco a poco, consigue abrirse paso a través de las mentiras, evasivas y amenazas de sus parientes hasta llegar a la verdad.


    Ree Dolly, de 17 años, decide buscar a su padre después de que este ofrezca la casa familiar como garantía para la fianza que le permitirá salir de la cárcel y desaparecer sin dejar rastro. Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio de sus parientes con tal de salvar a su familia. Poco a poco, consigue abrirse paso a través de las mentiras, evasivas y amenazas de sus parientes hasta llegar a la verdad.

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