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sábado, 16 de junio de 2012

Grease

¿Quién no quiso ser Danny Zuko? ¿O quien no suspiró noches enteras por ser el Pigmalion que transformara a esa novia mojigata que todos teníamos en una rocker como Olvia Newton-John? Yo sí. Es cierto que no vivía en Rydell; pero en muchas ocasiones, igual que Rebeca vuelve a Manderley, yo vuelvo a esas noches de verano en Rydell.

 “Grease” es un musical delicioso y divertido hasta la médula. Los años 50, desde la visión irónica de este homenaje Kleiser, quedaran en nuestras retinas abrazados a este musical despreocupado y joven. Una historia tan simple como la o con un canuto, pero tremendamente emocionante porque en su superficialidad llena de tópicos, batidos, hamburguesas, poses y bailes de instituto... pasa justamente lo que deseemos que ocurra. Todo esto aderezado con una banda sonora extraordinaria (que todos nos sabemos de memoria); seguramente una de las mejores de toda la historia del cine musical y que se expone ante nuestro ojos en unos números musicales excelentes e inolvidables, llenos de una energía joven, en que el que la rabia (presente por ejemplo en otro musical “joven” como West Side Story) está descartada porque la juventud es ese tiempo que hay que disfrutar.

 La química entre los actores es extraordinaria. Travolta y Newton-John son esa pareja perfecta a la que nos gustaría imitar; el resto del reparto esta preso por la misma alegría (aparece una Stockard Channing tan devoradora de la pantalla como febril con los hombres) que desprende cada fotograma de esta película inolvidable (es una de esas películas que sientes que se lo han pasado genial rodándola) y maravillosa.

“Grease” es la película generacional, a la que se van sumando nuevos adictos (quien la prueba, repite) para quedarse entre nosotros y volver a ella siempre que deseemos pasarlo bien.

El éxito de esta película propició una segunda parte infumable de la que sólo se puede salvar a una jovencísima Michelle Pfeiffer, o ¿quién no ha soñado salvar todas las noches a Michelle Pfeiffer?

 Grease es de esas películas que, sin llegar a ser una obra maestra, nos embarga de alegría cada vez que la vemos. Y no es una obra maestra porque no fue ese su fin primigenio, es decir, la finalidad del film no va más allá de entretener de forma ligera, pero no chabacana, divertida pero no grotesca, irónica pero no vulgar. El resultado de todo esto es un musical delicioso, con ritmo y momentos de sonrisa contenida, en el que todavía los chicos malos no portaban armas de fuego ni trapicheaban con estupefacientes y cuyas maldades más reprochables se reducían a las carreras de coches clandestinas y los amores prohibidos; qué tiempos aquellos...Por cierto, Olivia, preciosa 


Hablar de “Grease” son palabras mayores. Que es uno de los diez mejores musicales de la historia del cine es indudable. Y lo es porque tiene seguidores entre las abuelas, entre los padres y entre los hijos. Y eso con la música, tan pegada a un momento dado, es dificilísimo.

“Grease” tiene algo de atemporal, de clásico desde el primer momento de su estreno. Recuerdo que de niño ya me pareció como antigua y a la vez moderna. Esa mezcla es muy extraña y a la vez mágica, porque siendo una película de finales de los setenta, que es una época muy endogámica, muy de mirarse el ombligo, sin embargo la acción transcurre en los cincuenta, y combina musicalmente temas históricos míticos muy buenos con otros más discos creados ex profeso para el film.

Luego es muy complicado que todos los planetas se alineasen como pasó aquí y que saliese un producto redondo. Porque jugaron con fuego. Por ejemplo, Olivia Newton-John que no deja de ser una cantante, aquí parece hasta una actriz, un director del todo mediocre como Randal Kleiser, sin apenas experiencia, hace su mejor trabajo de largo y ya quisieran muchos poner la cámara con la facilidad que la pone aquí, parece ser que luego se le olvidó. Incluso hasta John Travolta fue arriesgado, porque venía del éxito de “Fiebre del sábado noche” y cualquier comparación con Tony Manero iba a ser complicada. Y sinceramente Danny Zuco le gana por goleada.

Hay otros muchos musicales que están muy bien desde luego, pero creo que el verdadero éxito “Grease” como icono popular del género, a parte de una banda sonora genial, está en su contexto. Que otros transcurran en épocas medievales, o en el Oeste, o en el Chicago de los años 30 o con unos hermanos leñadores con malas pulgas o hasta en Broadway, aún siendo buenos nos resultan más lejanos, en cambio aquí ese instituto nos retrotrae a una época que todos hemos vivido y que pasando mejores o peores momentos, lo que es seguro es que permanecerá imborrable en nuestra memoria. Ahí “Grease” nos conquista el corazón.

Los años le están sentando bien a esta película, es verdad que hubo un tiempo que estaba mal visto que te gustase, sobre todo víctima de las modas juveniles que siempre intentan desprestigiar lo anterior, cuando no se dan cuenta que son su continuación y nacieron de su vientre. Eso ya pasó afortunadamente y aunque quede un sector minoritario con prejuicios, se puede decir que 30 años después, tenemos a este musical para rato. Y de lo que me alegro.

We go together
Like rama lama lama ka dinga da dinga dong

REPARTO John Travolta, Olivia Newton-John, Stockard Channing, Jeff Conaway, Didi Conn, Lorenzo Lamas, Dinah Manoff, Barry Pearl, Michael Tucci
PRODUCTORA Paramount Pictures
PREMIOS 1978: Nominada al Oscar: Mejor canción


SINOPSIS Verano de 1959. Sandy (Olivia Newton John) y Danny (John Travolta) han pasado un romántico y maravilloso verano juntos, pero, cuando las vacaciones se acaban, sus caminos se separan. Inesperadamente, vuelven a verse en el instituto Rydell, pero la actitud de Danny ya no es la misma: ya no es el chico encantador y atento que encandiló a Sandy; ahora es engreído e insensible.


 








TÍTULO ORIGINAL Grease
AÑO 1978




DIRECTOR Randal Kleiser
GUIÓN Bronte Woodard & Allan Carr (Musical: Jim Jacobs & Warren Casey)
MÚSICA Barry Gibb
FOTOGRAFÍA Bill Butler

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