Frodo Bolsón
(Elijah Wood) es un hobbit al que su tío Bilbo (Ian Holm) hace portador
del poderoso Anillo Único con una finalidad: destruirlo para liberar a
los habitantes de la Tierra Media de la tiranía de esta pieza de
orfebrería, capaz de otorgar un poder ilimitado al que la posea. Para
completar con éxito su misión, Frodo se une a la Comunidad del Anillo,
un variopinto grupo de héroes de distintas razas provinentes de la
Tierra Media. Hay humanos, como Aragorn (Viggo Mortensen) o Boromir
(Sean Bean), magos como Gandalf (Ian McKellen), hobbits como el propio
Frodo, Pippin (Billy Boyd), Merry (Dominic Monaghan) o Sam (Sean Astin),
enanos como Gimli (John Rhys-Davies), o elfos como Legolas (Orlando
Bloom). Juntos emprenderán un largo y peligroso viaje.
Título: El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo
Título original: The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring
País: USA, Nueva Zelanda
Estreno en USA: 19/12/2001
Productora: New Line Cinema
Director: Peter Jackson
Guión: Peter Jackson, Frances Walsh, Philippa Boyens
Reparto: Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Astin, Cate Blanchett, John Rhys-Davies, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Christopher Lee, Hugo Weaving, Sean Bean, Ian Holm, Andy Serkis
Título original: The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring
País: USA, Nueva Zelanda
Estreno en USA: 19/12/2001
Productora: New Line Cinema
Director: Peter Jackson
Guión: Peter Jackson, Frances Walsh, Philippa Boyens
Reparto: Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Astin, Cate Blanchett, John Rhys-Davies, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Christopher Lee, Hugo Weaving, Sean Bean, Ian Holm, Andy Serkis
En la Tierra Media, el Señor Oscuro Saurón ordenó a los Elfos que
forjaran los Grandes Anillos de Poder. Tres para los reyes Elfos, siete
para los Señores Enanos, y nueve para los Hombres Mortales. Pero Saurón
también forjó, en secreto, el Anillo Único, que tiene el poder de
esclavizar toda la Tierra Media. Con la ayuda de sus amigos y de
valientes aliados, Frodo emprende un peligroso viaje con la misión de
destruir el Anillo Único. Pero el Señor Oscuro Sauron, ordena
lapersecución del grupo. Si Sauron lograra recuperar el Anillo, sería el
final de la Tierra Media.
La esperada adaptación cinematográfica de la magistral novela de J.R.R.
Tolkien no sólo encandiló a casi toda la crítica y público. Hizo algo
más difícil: superar las expectativas de sus muchos -y exigentes- fans.
Jackson y su gran equipo técnico consiguieron ambientar de forma
brillantísima un mundo fantástico que cada lector del libro ya teníamos
preconcebido en nuestra imaginación. Además, la larga narración tiene
ritmo y los efectos especiales son tan espectaculares como las cifras de
taquilla que recaudó en todo el mundo. Muy buena.
Hermosa (sobre todo en lo
visual) adaptación del libro que inicia la trilogía de "El Señor de los
Anillo", una saga que guste mucho o poco, ha sido determinante para la
literatura fantástica del siglo XX y XXI. La vasta herencia de la obra
de Tolkien y el masivo número de fans que la adoran fueron factores
clave para que New Line Cinema decidiera invertir un presupuesto
monstruoso con un director en cuyo pasado se contaban unas pocas
películas de culto y esa maravilla llamada "Criaturas Celestiales".
Contra todo pronóstico, Peter Jackson consiguió llevar adelante sus tres películas que, sin respetar al pie de la letra el texto original, cosecharon un enorme éxito de público y de crítica y pusieron de moda otra vez el género fantástico en cine, además de ser objeto de innumerables parodias y homenajes.
¿Y cómo es la película que logró todo esto? Es el relato de las peripecias de Frodo Bolsón, un hobbit de la Tierra Media que abandona su idílica aldea para aventurarse en el gran mundo, un mundo enorme, fascinante y peligroso; el objetivo, arrojar un anillo forjado por el Señor Oscuro en los fuegos eternos del Monte del Destino. La primera parte de ese viaje, reflejada por "La Comunidad del Anillo" resultará ser un camino erizado de peligros, amigos inesperados, sucesos terribles y maravillosos, criaturas legendarias y monstruos aterradores. Y he aquí la gran baza de la película de Jackson: recrear a la perfección, respetando las concepciones originales de Tolkien y los ilustradores clásicos que han dibujado para la Tierra Media (John Howe, Alan Lee) el larguísimo y a menudo frustrante viaje de Frodo, gracias a un hermosísimo despliegue de paisajes neozelandeses y a una esmerada labor del equipo artístico. El exquisito cuidado con que están trazados desde la aldea hobbit hasta las vestiduras de los personajes denota la pasión y el respeto con la que está hecha toda la película: pasión por el universo tolkienano, respeto por los espectadores. No estamos ante la obra de un director de encargo escogido a dedo por la productora, como ocurre en "Eragon" o "Las crónicas de Narnia", sino que podemos disfrutar del empeño de un lector devoto y de un cineasta dotado para trasladar las palabras a imágenes y hacerlo bien.
Como es de esperar, el guión se autoconcede algunas licencias con respecto a la novela: convierte a Arwen (que no aparecía apenas en el libro) en uno de los personajes ubicuos, elimina algunos pasajes como el de Tom Bombadil y hace desaparecer a, por ejemplo Glorfindel. Detalles menores para una epopeya tan enorme como una vida, que inevitablemente será imperfecta -dada su larguísima duración, es imposible que no tenga fallos- pero hermosa, llena de lirismo, un homenaje a la altura de una obra que ha hecho soñar a generaciones de lectores con la Tierra Media desde entonces.
Contra todo pronóstico, Peter Jackson consiguió llevar adelante sus tres películas que, sin respetar al pie de la letra el texto original, cosecharon un enorme éxito de público y de crítica y pusieron de moda otra vez el género fantástico en cine, además de ser objeto de innumerables parodias y homenajes.
¿Y cómo es la película que logró todo esto? Es el relato de las peripecias de Frodo Bolsón, un hobbit de la Tierra Media que abandona su idílica aldea para aventurarse en el gran mundo, un mundo enorme, fascinante y peligroso; el objetivo, arrojar un anillo forjado por el Señor Oscuro en los fuegos eternos del Monte del Destino. La primera parte de ese viaje, reflejada por "La Comunidad del Anillo" resultará ser un camino erizado de peligros, amigos inesperados, sucesos terribles y maravillosos, criaturas legendarias y monstruos aterradores. Y he aquí la gran baza de la película de Jackson: recrear a la perfección, respetando las concepciones originales de Tolkien y los ilustradores clásicos que han dibujado para la Tierra Media (John Howe, Alan Lee) el larguísimo y a menudo frustrante viaje de Frodo, gracias a un hermosísimo despliegue de paisajes neozelandeses y a una esmerada labor del equipo artístico. El exquisito cuidado con que están trazados desde la aldea hobbit hasta las vestiduras de los personajes denota la pasión y el respeto con la que está hecha toda la película: pasión por el universo tolkienano, respeto por los espectadores. No estamos ante la obra de un director de encargo escogido a dedo por la productora, como ocurre en "Eragon" o "Las crónicas de Narnia", sino que podemos disfrutar del empeño de un lector devoto y de un cineasta dotado para trasladar las palabras a imágenes y hacerlo bien.
Como es de esperar, el guión se autoconcede algunas licencias con respecto a la novela: convierte a Arwen (que no aparecía apenas en el libro) en uno de los personajes ubicuos, elimina algunos pasajes como el de Tom Bombadil y hace desaparecer a, por ejemplo Glorfindel. Detalles menores para una epopeya tan enorme como una vida, que inevitablemente será imperfecta -dada su larguísima duración, es imposible que no tenga fallos- pero hermosa, llena de lirismo, un homenaje a la altura de una obra que ha hecho soñar a generaciones de lectores con la Tierra Media desde entonces.
Grandes momentos
- La primera aparición de los terroríficos Nâzgul
- El combate en el Cerro de los Vientos
- El contraste entre la caída en picado de la cámara cuando aborda lugares corrompidos como Mordor o Isengard y los suaves recorridos visuales para Rivendel, Lórien o Hobbiton.
- La escena en que toda la Comunidad del Anillo es presentada visualmente al espectador, después de abandonar Rivendel.
- El emocionante periplo por las Minas de Moria.
- La primera aparición de los terroríficos Nâzgul
- El combate en el Cerro de los Vientos
- El contraste entre la caída en picado de la cámara cuando aborda lugares corrompidos como Mordor o Isengard y los suaves recorridos visuales para Rivendel, Lórien o Hobbiton.
- La escena en que toda la Comunidad del Anillo es presentada visualmente al espectador, después de abandonar Rivendel.
- El emocionante periplo por las Minas de Moria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario