Un joven solitario con insomnio, una vida sin intenciones aparentes, y
que basa su felicidad en el consumismo descubre que asistiendo a
reuniones de enfermos anónimos de diversa gravedad consigue volver a
conciliar el sueño. Casualmente, en uno de sus múltples vuelos por
motivos de trabajo conoce a un vendedor de jabón llamado Tyler Durden,
el cuál hace que se replanté todo su sistema de valores. Entre los dos
crean el Club de la Lucha, que consiste en gente desconocida que se
pelea entre sí por el placer de hacerlo. Pronto este club se convierte
en algo mucho más complejo e importante, y empieza a crecer hacia
objetivos más ambiciosos.
Título original: Fight Club
País: USA
Estreno en USA: 15/10/1999
Productora: 20th Century Fox
Director: David Fincher
Guión: Jim Uhls
Reparto: Brad Pitt, Edward Norton, Helena Bonham Carter, Meat Loaf, Jared Leto, Zach Grenier.
País: USA
Estreno en USA: 15/10/1999
Productora: 20th Century Fox
Director: David Fincher
Guión: Jim Uhls
Reparto: Brad Pitt, Edward Norton, Helena Bonham Carter, Meat Loaf, Jared Leto, Zach Grenier.
Una ambientación tan lúgubre y
desgastada que deprime por sí sola; unos personajes en verdad
extrañísimos y que encima resultan ser basura de la sociedad; unas
peleas para nada bonitas, sino crueles, brutas y sin coreografías
bailongas; fotogramas y publicidad subliminal de pura parodia al
consumismo; frases y escenas cargadas de un humor más negro que la
sombra de Lucifer... Este filme es extremo, se sale de los límites, es
incorrecta del todo. No es para todos los paladares. Si te consideras
sensible, te repugnará en demasía. Así que no creo yo que pillarse un
berrinche porque a alguien no le guste esta controvertida obra sea lo
más normal. Sería más común que fuera al revés.
Las interpretaciones son geniales, y la dirección es tan estrambótica como grandiosa. Entre los planos-secuencia de cosas pequeñas (mismamente el inicio que va desde el interior del cerebro hasta la pistola), lo de Ikea, los fotogramas subliminales de Tyler Durden antes de que éste aparezca... Todo resulta tan extraño como atrayente. Encima está esa ecléctica banda sonora en la que destacan temas electrónicos capaces de taladrar cerebros. Y los giros de guión no toman al espectador por un bobotonto.
Original, diferente, oscura... Es muchas cosas, y muy, pero que muy, controvertida. A los modernillos seguro que les gusta. O no, por su estilo MTV, no sé, nunca he entendido ni entenderé la mente de los modelnos.
Las interpretaciones son geniales, y la dirección es tan estrambótica como grandiosa. Entre los planos-secuencia de cosas pequeñas (mismamente el inicio que va desde el interior del cerebro hasta la pistola), lo de Ikea, los fotogramas subliminales de Tyler Durden antes de que éste aparezca... Todo resulta tan extraño como atrayente. Encima está esa ecléctica banda sonora en la que destacan temas electrónicos capaces de taladrar cerebros. Y los giros de guión no toman al espectador por un bobotonto.
Original, diferente, oscura... Es muchas cosas, y muy, pero que muy, controvertida. A los modernillos seguro que les gusta. O no, por su estilo MTV, no sé, nunca he entendido ni entenderé la mente de los modelnos.
Por
cierto, respecto al polémico mensaje: en realidad no es un alegato a
favor de la autodestrucción personal. Eso es lo que parece al principio.
Veamos, el protagonista (al que no sé por qué la gente sigue llamando
Jack, si en los créditos aparece como Narrador, y lo de Jack lo dice
porque en una revista lee un artículo que dice «Soy la médula de Jack
[...], soy el colon de Jack», y se queda con el chiste ese pensando
siempre «Soy el nosequé de Jack», pero ná más), está atado, como muchos,
al afán consumista, al tener de todo aunque no lo necesites. Entonces
despierta en él su otra personalidad, Tyler Durden, que es básicamente
la parte de él que rechaza todo esto. Busca la purificación mediante
deshacerse de todo lo que no sea indispensable para pervivir, y mediante
la destrucción personal. Básicamente, busca la felicidad a base de
vivir de la forma más animal posible. Y es cierto que en los varones, la
violencia nos sirve como desahogo tremebundo. Nos peleamos, sangramos,
destrozamos... la adrenalina se descarga, y a pesar del dolor acabamos
sintiéndonos mejor. Sí, es primitivo y todo lo que queráis, pero es
verdad, y es así.
Lo que ocurre es que la parte autodestructiva de nuestro narrador acaba tomando más y más el control, le atrapa en otro mundo, en el justo opuesto del que estaba. En ese mundo de destrucción y de acabar con todo lo innecesario... Y pasa de ser un individuo controlado por su entorno social, a ser un individuo controlado por sus instintos más primitivos. Al final, se da cuenta de que esto no puede seguir así, y decide librarse de Tyler para ser libre por fin.
Lo que ocurre es que la parte autodestructiva de nuestro narrador acaba tomando más y más el control, le atrapa en otro mundo, en el justo opuesto del que estaba. En ese mundo de destrucción y de acabar con todo lo innecesario... Y pasa de ser un individuo controlado por su entorno social, a ser un individuo controlado por sus instintos más primitivos. Al final, se da cuenta de que esto no puede seguir así, y decide librarse de Tyler para ser libre por fin.
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