El film que nos ocupa, está basado en un guión escrito por Ruth Gordon
y Garson Kanin, prácticamente a la medida de una de las parejas
cinematográficas más dispares del mundo de Hollywood comoe eran Spencer
Tracy y Katherine Hepburn, cuya química trascendió la gran pantalla, y
fue explotada por no pocas comedias en la época. El director George
Cuckor, un verdadero especialista en "screwball comedys", fue el
encargado de dirigir esta comedia cuya base es la guerra de sexos y
sobretodo la excelente interactuación entre Tracy y Hepburn. El motor
del film es un caso de lo que hoy llamaríamos "violencia doméstica",
mostrado en una excelente secuencia a modo de introducción, y sin que
los personajes pronuncien una sóla palabra, pero sabiendo utilizar
otros recursos expresivos como la exageración de los gestos en los
personajes, el ritmo o la banda sonora, en el que una mujer descubre
que su marido la engaña por otra lo que lleva a cometer un crimen.
Ya este inicio muestra lo que va a ser la pauta principal del film,
desvelando que se va a tratar el tema en clave cómica. Cuckor mantiene
en todo momento a contrapie a la parte masculina, como le sucede a Adam
(Tracy), cuya posición dominante dentro del matrimonio "tipo" que tiene
con Amanda (Hepburn), se tambalea desde el mismo momento en que se
enteran de la noticia por la prensa, y además ambos acabarán
enfrentados en el tribunal por tan mediático caso.
El director explota a fondo la excelente interactuación de la pareja
protagonista, sirviéndose perfectamente, no solo del papel en
particular que juegan en el film sno también de los roles que ambos
representan para el público en general, ella como mujer "moderna",
fuerte, liberada e independiente y él personificando los valores
masculinos por excelencia. Por ello, ambos caracteres contrapuestos
encajan a la perfección con el tono cómico que se le quiere imprimir al
film, explotando al máximo la diferencia entre ellos, con no pocas
escenas ciertamente hilarantes, y salpicado además de ingeniosos,
punzantes e hirientes diálogos. Sin duda el guión es el pilar
fundamental sobre el que se sustenta la historia.
Cukor sabe integrar perfectamente todos estos elementos para acabar
fabricando un film fresco, divertido e incluso atrevido, por más que el
aparente mensaje favorable a la mujer está más bien insinuado,
levemente tocado, pero sin llegar a entrar en profundidad, algo que por
otro lado, no encajaría demasiado en una comedia sofisticada. Por ello,
el mensaje moderno que transmite el film (de una mujer autosuficiente,
trabajadora independiente, cuyo papel en el matrimonio es algo más que
una posición sumisa al marido) queda un tanto sumergido, oculto entre
tanto chiste a costa de la guerra de sexos. Y es que Cukor sabía hasta
donde podía llegar para divertir al público, sin provocar polémicas. Y
desde luego el film entretiene y mucho. Posiblemente sea uno de los
mejores films de todos los que protagonizaron Spencer Tracy y Catherine
Hepburn.
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