"El teatro comenzó a preocuparme. No sé la razón, solo me está empezando a atacar los nervios tantos años en los escenarios. Buscaba día y noche un camino, donde encontrar la oportunidad de demostrarme a mi mismo profesionalmente que podía volar a través de la danza.....!! Y lo encontré !!
FRED ASTAIRE
FRED ASTAIRE
La danza tiene sus secretos, sus artimañas y sus trucos, pero todo se da por bien empleado cuando ambos aparecen en pantalla y la elegancia de Fred se mezcla con la forma poética de enlazar el ritmo de Ginger, dando como resultado una mágica compenetración. Se puede disfrutar en la vida de mil formas, las maneras del goce son incalculables, pero yo siempre recuerdo en aquellos primeros años de mi vida, las manos de aquella rubia mujer, con sus vestidos estudiados al máximo para bailar, pero ante todo y sobre todo en el movimiento y delicadeza de sus manos, al tiempo que acompañaba sus pasos de baile con el maestro.
A pesar de las primeras negativas que Fred Astaire obtuvo por David O Selzinc, y muchos otros productores, tachándole de no saber bailar, ni cantar, ni poseer un rostro agraciado, lo realmente cierto era que al cabo de los años, la figura del bailarín era un acontecimiento en todas las películas que hacía, en los conciertos que participaba y hasta en su forma de caminar cuando era sorprendido por Nueva York, causando revuelo y expectación. Pero no todo en el ambiente en que se desarrollaba su vida era un campo de rosas, cuentan los estudiosos de Hollywood y las lenguas mas afiladas de aquellos años que, Ginger sufrió mas de dos ataques de nervios ensañando en los estudios, y que muchos directores con los que le tocó trabajar, hicieron intención de tirar todo por la borda por el exagerado perfeccionismo del bailarín y hasta sufrió amenazas de muerte para que cambiase su forma de trabajar. Prácticamente todo el estudio estaba en su contra, desde el electricista, hasta la costurera, o el hombre que daba brillo a sus intachables y amados zapatos, amenazas que ya pasado el tiempo y cuando era mayor, quiso publicarlas en un libro, pero la familia se negó. Lo que si es cierto es que gracias a esa terquedad, a su puntualidad y egocentrismo, podemos ahora disponer de unos films intachables, donde los diálogos nos importan un bledo y la trama puede darse una vuelta por el recinto donde cantan las sirenas, porque nos ha dejado el mejor legado que un artista puede entregar y es un trabajo perfecto, inigualable, considerado obras maestras del baile y una sincronización que une elegancia, al servicio de las damas, para envidia de los hombres que desde abajo le admiran sin poder ni siquiera imaginar que se siente cuando se baile en la punta de una columna de oro.
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