Un humilde barbero judío tiene un parecido asombroso con el dictador de
la nación Tomania, que promete sacar adelante y que culpa a los judíos
de la situación del país. El dictador ataca al país fronterizo, pero es
confundido con el barbero por sus propios guardias, siendo ingresado en
un campo de concentración. Simultáneamente, el pobre barbero es
confundido con el dictador.
Título original: The Great Dictator
País: Usa
Productora: United Artists
Director: Charles Chaplin
Guión: Charles Chaplin
Reparto: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner, Henry Daniell, Carter De Haven, Grace Hale, Maurice
País: Usa
Productora: United Artists
Director: Charles Chaplin
Guión: Charles Chaplin
Reparto: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner, Henry Daniell, Carter De Haven, Grace Hale, Maurice
Séptimo largometraje de Charles Chaplin, en el que interviene como
director, actor, guionista y productor. Se rueda en exteriores de CA
(Pasadena, L.A., Hollywood, Lago Malibú, Reuss Ranch, etc.) y en los
platós de Chaplin Studios (Hollywood), durante 6 meses (septiembre 1939 a
marzo 1940). Es nominado a 5 Oscar (actor, actor reparto, música,
película y guión original). Producido por Chaplin para UA, se estrena
con gran éxito el 15-X-1940 (NYC).
La acción abarca un período de 20 años (1918-39), que incluye escenas bélicas (1918) de la IGM y escenas de los meses previos al comienzo (1939) de la IIGM. La acción tiene lugar en territorio de Tomania, país inexistente, imagen de la Alemania nazi. Un humilde barbero judíoalemán (Chaplin), residente en el gueto de la capital del país, tiene un gran parecido con el dictador Astolfo Hynkel (Chaplin), al que asisten dos consejeros áulicos: Garbistch (Daniell) y Herring (Gilbert).
El film es una comedia dramática. Es uno de los primeros trabajos de Hollywood que se posiciona abiertamente contra la barbarie nazi y el primer film sonoro de Chaplin. En él aparece por última vez Charlot (el barbero). Mezcla sátira, slapstick y burla, en el marco de un discurso dominado por un humor ácido y amargo. La expresión corporal y la visualidad tienen gran importancia. Abundan las torpezas, resbalones, tropiezos, caídas y golpes. No faltan planos de humor visual festivo (batalla de pasteles y comida), desesperanzado (lanzamiento de tomates), de denuncia de la incompetencia nazi (inventos de Herring), patético (ideología nazi). Sus posiciones antibelicistas le llevan a tratar con sarcasmo las cadenas del mando militar, los supercañones, la dudosa valentía de algunos militares nazis. Presenta la vulneración sistemática de los derechos humanos con referencias escalofriantes (detenciones masivas, ejecuciones indiscriminadas). Denuncia con amargura el racismo nazi.
Son escenas destacadas la de los delirios de poder del dictador, que juega en su despacho con el globo terráqueo al compás de Wagner, el afeitado a ritmo de Brahms, el juego de sillas en la tarima presidencial y el discurso final. Prohibida en España hasta abril de 1976, la película supuso la primera y única nominación de Chaplin al Oscar a mejor actor. Navegando entre las aguas de la comedia y la tragedia, contrapone la sencillez e ingenuidad de un modesto barbero y los desvaríos de un hombre megalómano y cruel.
La música, de Chaplin y Meredith Wilson, aporta una brillante partitura original, melódica, rítmica y variada. Añade 2 fragmentos ajenos: "Danza húngara nº 5" (Brahms) y "Obertura de Lohengrin" (Wagner). La fotografía, de Karl Struss y Rolland Totheroh, presenta movimientos de cámara espectaculares. Destaca la ampulosidad de la arquitectura nazi, la vanidad de su estética realista y la desmesura de sus liturgias (concentraciones de masas). Película en buena medida atemporal, conserva todavía capacidad de provocación y denuncia.
La acción abarca un período de 20 años (1918-39), que incluye escenas bélicas (1918) de la IGM y escenas de los meses previos al comienzo (1939) de la IIGM. La acción tiene lugar en territorio de Tomania, país inexistente, imagen de la Alemania nazi. Un humilde barbero judíoalemán (Chaplin), residente en el gueto de la capital del país, tiene un gran parecido con el dictador Astolfo Hynkel (Chaplin), al que asisten dos consejeros áulicos: Garbistch (Daniell) y Herring (Gilbert).
El film es una comedia dramática. Es uno de los primeros trabajos de Hollywood que se posiciona abiertamente contra la barbarie nazi y el primer film sonoro de Chaplin. En él aparece por última vez Charlot (el barbero). Mezcla sátira, slapstick y burla, en el marco de un discurso dominado por un humor ácido y amargo. La expresión corporal y la visualidad tienen gran importancia. Abundan las torpezas, resbalones, tropiezos, caídas y golpes. No faltan planos de humor visual festivo (batalla de pasteles y comida), desesperanzado (lanzamiento de tomates), de denuncia de la incompetencia nazi (inventos de Herring), patético (ideología nazi). Sus posiciones antibelicistas le llevan a tratar con sarcasmo las cadenas del mando militar, los supercañones, la dudosa valentía de algunos militares nazis. Presenta la vulneración sistemática de los derechos humanos con referencias escalofriantes (detenciones masivas, ejecuciones indiscriminadas). Denuncia con amargura el racismo nazi.
Son escenas destacadas la de los delirios de poder del dictador, que juega en su despacho con el globo terráqueo al compás de Wagner, el afeitado a ritmo de Brahms, el juego de sillas en la tarima presidencial y el discurso final. Prohibida en España hasta abril de 1976, la película supuso la primera y única nominación de Chaplin al Oscar a mejor actor. Navegando entre las aguas de la comedia y la tragedia, contrapone la sencillez e ingenuidad de un modesto barbero y los desvaríos de un hombre megalómano y cruel.
La música, de Chaplin y Meredith Wilson, aporta una brillante partitura original, melódica, rítmica y variada. Añade 2 fragmentos ajenos: "Danza húngara nº 5" (Brahms) y "Obertura de Lohengrin" (Wagner). La fotografía, de Karl Struss y Rolland Totheroh, presenta movimientos de cámara espectaculares. Destaca la ampulosidad de la arquitectura nazi, la vanidad de su estética realista y la desmesura de sus liturgias (concentraciones de masas). Película en buena medida atemporal, conserva todavía capacidad de provocación y denuncia.
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