La acción tiene lugar en Seúl (Corea del Sur), en términos de presente (2000/01). Narra la historia de un joven obrero industrial, sencillo y sordomudo, Ryu (Shin Ha-Kyun), que vive con su hermana, que necesita un traspante urgente de riñón. Ryu no puede ser el donante porque su sangre no es compatible. Adquirir un riñón en el mercado negro cuesta 10 millones de wons (unos 8.000 euros). Ante esos hechos, él y su novia, Cha Young-Mi (Bae Du-Na), proyectan el secuestro de la hija de 4 años de un acaudalado industrial, Park (Song Kang-Ho). La película muestra la complejidad de la vida humana en sociedad, sometida a imprevistos, reacciones inesperadas y muchas veces violentas. La violencia engrendra violencia. Más ciertamente, la percepción de violencia tiende a generar en las personas reacciones violentas tan grandes como cree necesario para su defensa. La medida de las reacciones de autodefensa viene determinada por la subjetividad, que tiende a propiciar la exageración para no errar por defecto. De ahí que la violencia se manifieste en espirales crecientes, cuyo remedio se halla en el recurso a la objetividad de la Justicia. En caso contrario, como ocurre en la película, la espiral de venganzas es imparable. Los personajes de la obra son personas normales, integradas socialmente, trabajadoras, equilibradas, mentalmente sanas, abiertas al amor y la compasión. Una cadena de casualidades, accidentes e incidencias desafortunadas, les lleva a situaciones límite, que provocan reacciones vengativas trágicas. En la obra no hay ni héroes ni inocentes: son personas atrapadas en una espiral de venganza.
La música, escasa y atenuada, acompaña los créditos de presentación con un grato solo de piano, seguido de uno de violín. La banda sonora aporta un sonido ambiental realista amplificado. Los créditos finales se acompañan de música ligeramente fúnebre. La fotografía se recrea en imágenes idílicas, como las del río. La narración visual, bien construída, usa colores atenuados y no evita imágenes gore, de menor dureza que las de Oldboy, pero de mayor impacto. En ocasiones hace uso del fuera de campo. El guión, sencillo, contiene una narración austera y sucinta, basada en una admirable economía de la palabra. No contiene desgarros sobrenaturales. La interpretación es correcta y convincente. La dirección mantiene, sin desfallecimientos, el ritmo templado de la narración y aporta un crescendo dramático bien estructurado.
Película de gran éxito y de notable interés. Aporta pinceladas documentales sobre el país: ciudades saturadas, fuertes contrastes entre riqueza y pobreza, occidentalización de la cultura, etc.
En los créditos finales la música se superpone a una memorable reflexión interior de Park, doblada, que cierra la película.
TÍTULO ORIGINAL | Boksuneun naui geot (Sympathy For Mr. Vengeance) |
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AÑO | 2002 |
PAÍS | |
DIRECTOR | Park Chan-wook |
GUIÓN | Park Chan-wook, Lee Jae-sun, Lee Mu-yeong, Lee Yong-jong |
MÚSICA | |
FOTOGRAFÍA | Kim Byeong-il |
REPARTO | Song Kang-ho, Shin Ha-kyun, Bae Du-na, Lim Ji-Eun, Han Bo-bae, Kim Se-dong, Lee Dae-yeon |
PRODUCTORA | CJ Entertainment / Studio Box |
GÉNERO | Thriller. Drama | Crimen. Enfermedad. Terrorismo |
SINOPSIS | Cuenta la historia de un sordomudo que busca desesperadamente 10 millones para comprar en el mercado negro un riñón para su hermana enferma. Primera parte de la trilogía de la venganza de Chan-wook Park, que completan "Oldboy" (2003) "Sympathy For Lady Vengeance" (2005). |
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