Un accidente en una autopista californiana lleva a varias personas a
iniciar una loca carrera cuya finalidad será llevarse una fortuna
escondida bajo una gran “W”. Gente de toda calaña participara del
recorrido y lo transformara en un desastroso y demente viaje, su paseo
hacia la riqueza.
Comiquísima Road-Movie orquestada por un cineasta obsesionado por llevar
a la pantalla un consistente y afable mensaje social sobre los valores,
la condición social, racial o económica, el gran Stanley Kramer. Esta
vez alejándose del melodrama para probar en terrenos completamente
distintos su característica sapiencia.
Una genial premisa, imitada hasta la saciedad e incluso llevada de nuevo
a la pantalla en un agradable pero inferior remake, que no cuenta con
el encanto ni la originalidad de la primera parte.
El slip-stick se hace presente en casi cada gag de esta entretenidísima
cinta, llegando a momentos en extremo hilarantes, y que a pesar de su
extenso metraje, se disfruta sin complicación alguna.
A su gran fotografía, guión, dirección y banda sonora se le suma un
reparto de lujo, un conjunto de estrellas entre los que sobresale el
gran Spencer Tracy, Micky Rooney, Sid Caesar, Buddy Hackett, Milton
Berle, Terry-Thomas entre otros grandes de la comedia, contando además
con memorables apariciones especiales o cameos entre ellos de Jerry
Lewis o los geniales Three Stooges.
Un entrañable clásico de la comedia. Divertidísima. Tanto quer hasta tiene su versión made in Simpson.
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