Un grupo de gángsteres llega a un bar de carretera en el desierto de Arizona, con el propósito de tomar a los ocupantes como rehenes. Entre los cautivos se encuentra un escritor que acuerda un extraño pacto con ellos.El argumento del bosque petrificado adapta una famosa obra teatral, estrenada a principios de 1936 en Broadway. La trama que nos presenta la película nos traslada al sórdido desierto de Arizona, un emplazamiento inmejorable para narrar una peculiar historia acaecida a unos personajes totalmente opuestos entre si. Quizás sea el magnífico trabajo realizado a la hora de esbozar a los personajes el mayor acierto del film. En este aspecto el espectador se va a encontrar con Squier, un trotamundos que no fija un rumbo claro al que dirigirse, Mantee, un criminal frío, acorralado en un remoto lugar de la América más profunda, Gabriela, una joven soñadora que ha pasado la mayor parte de su vida en una gasolinera alejada de la civilización, el abuelo, un viejo que encuentra en el secuestro posiblemente la última aventura que pueda vivir… este amplio elenco de personajes se va a ver incrementado por unos sobrios diálogos y por unos duelos realmente magníficos destacando el que mantiene Squier con el propio Mantee, dos personalidades opuestas, pero no muy alejadas en el destino que les espera. Como detalle cabe decir que el film apela a una cierta crítica hacia las condiciones laborales del momento y a la impotencia de acabar con el gangsterismo por parte del Gobierno, crítica tachada como antiamericanismo. La estética de este título resulta bastante teatral, enfocada sobre todo al guión por encima de cualquier valor visual. A pesar de ello Archie L.Mayo cuaja una estupenda dirección, destacando sobre todo la excelente presentación de la banda de Mantee; una ágil combinación de planos detalle acabando con una perspectiva general de todo el grupo. La fotografía también es un factor muy importante a la hora de crear una cálida atmósfera a pesar de la situación, Sol Polito trabaja con una gran profundidad de campo enfocada dentro de un espacio ideal para desarrollar un conflicto dramático. Dentro del reparto encontramos a Humphrey Bogart, que aunque no contaba con el apoyo de la productora para el papel, consiguió lanzar su carrera en el cine gracias a una perfecta encarnación de Mantee. Entre el resto de actores/actrices hayamos a Leisle Howard, quien logra una buena interpretación y a Bette Davis nueva estrella de la Warner por aquellos tiempos. La banda sonora que solo hace acto de presencia en marcados momentos de la trama, presenta partituras orquestales con predominio de viento/metal que crean un clima de tensión. El bosque petrificado es un largometraje conocido por suponer el primer papel de importancia del mítico Bogart; pero apartándose de este hecho el espectador se va a encontrar con una maravillosa cinta, acreedora de una interesantísima historia con un final tan desesperanzador, que no dejará indiferente a nadie.
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